Concluida la jornada electoral del 29 de mayo, los resultados determinaron el paso a la segunda vuelta de la elección presidencial de los candidatos Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, al no obtener ninguno la mitad más uno de la votación depositada en las urnas. Una vez conocidos los resultados, el entonces aspirante Federico Gutiérrez, acompañado de su fórmula vicepresidencial, anunció su decisión de apoyar al ingeniero Hernández.
El panorama actual y la posibilidad de recibir apoyos espontáneos o programáticos sin alianzas electorales le abre el espacio al candidato Hernández de potenciar su aspiración y de volverse realmente competitivo de cara a la segunda vuelta presidencial, como ya lo indican los sondeos de opinión que se vienen adelantando.
El nombre de Rodolfo Hernández registraba una tendencia en crecimiento, según las encuestas que se conocieron antes de la primera vuelta, y como los caballos de la hípica, comenzó de atrás para adelante hasta ubicarse en el segundo lugar, lo que le dio el tiquete para disputar en la segunda vuelta la elección presidencial. El nombre de Gustavo Petro encabezaba todas las encuestas hasta las elecciones del 29 de mayo en las que había consolidado su posicionamiento en la carrera presidencial con un 40%, lo que le venía dando un amplio favoritismo para ganar la elección presidencial.
Ahora la competencia es más intensa por la fuerza que ha ido adquiriendo Rodolfo Hernández al congregar apoyos de las diferentes vertientes en que se había dividido la opinión pública.
Por otro lado, hay que reconocer que el ingeniero Rodolfo Hernández se quedó con la bandera anticorrupción y al utilizar un lenguaje sencillo, acompañado de frases cortas, envía mensajes directos que el grueso de la población logra captar fácilmente, como proclamar a los cuatro vientos que acabará con “la robadera en el país”. También acude a un catálogo de frases que son el lema de su campaña, como “no mentir, no robar, no traicionar”, con las que se debe regir el comportamiento individual y social. Las entrevistas que concede son como una conversación en una tertulia, y al abordar los temas por los que le preguntan, lo simplifica de tal manera que quien lo oye le entiende claramente los mensajes que quiere transmitir.
Gustavo Petro, desde luego, por su experiencia parlamentaria, tiene más habilidad para los debates, pero estos no están incidiendo mucho en la motivación del elector primario. Algunos consideran que Petro es más un candidato de clases medias, de movimientos sociales, de algunos círculos académicos y de jóvenes universitarios que del pueblo raso, como lo es Rodolfo Hernández, quien se define como el hijo de un campesino que alcanzó a ir a la universidad, lo que le da una amplia comprensión de las necesidades de la gente, y luego se convirtió en un empresario exitoso de la construcción.
El pueblo decidirá entre dos aspirantes con talantes muy diferentes pero que terminaron encarnando, a su manera, la lucha contra la corrupción que se convirtió en el principal tema de la campaña.