El lente objetivo de periodistas extranjeros en La Habana dispuestos a cubrir el que puede considerarse como paso definitivo para consolidar la paz revela, a título imparcial, lejos de intereses de grupo, un hálito de confianza y optimismo alrededor del Acuerdo Nacional. Lo expresa reportero hispano-gringo, en diálogo telefónico con este columnista.
Esta observación va más allá de ser una opinión personal, por el contrario, recoge impresiones de otros periodistas de medios de distintos países, que esta semana se han acercado a las dos partes, mediante conversaciones de fondo y bajo compromiso confidencial. Es tónica empleada en periodismo mundial, sin convertirlo en chisme.
Cuando se afirma algo, con aire de certeza sin citar fuentes, es porque quien lo emite en un medio ha tocado la raíz de la mata, donde se genera la noticia. Así lo señalan los Manuales de Trabajo de verdaderos medios informativos, donde prevalece confianza y credibilidad en lo dicho por el periodista, siempre por encima del criterio de los propietarios de radio, prensa y televisión, quienes no imponen contenidos, en una gran mayoría de grandes medios internacionales.
El criterio de los informadores, es que “Hay coincidencias sobre la modificación de puntos de entendimiento, entre Gobierno y representantes de Farc, al revisar lo propuesto, en documentos sugeridos por voceros del Sí y el No, después del controvertido plebiscito,” precisan.
No están confiados en que ésta línea informativa predominará en los próximos días. Solo al avanzar las conversaciones, los hechos dirán si hay humo blanco o negro sobre lo discutido y modificado.
La sensibilidad del tema, en cuanto a Justicia Transicional, la no inclusión de la misma en aspectos relacionados con narcotráfico, y el mantenimiento de Justicia ordinaria en hechos penales cometidos luego de firmarse el nuevo Acuerdo, son puntos de entendimiento entre las partes.
Al mismo tiempo para las Farc -dicen- no hay mayores objeciones a las sugerencias para permanecer en zonas de concentración y restricción de movilidad, durante el periodo de penalización, como sugieren los críticos.
Está por verse la entrega de dineros para reparación a víctimas. En síntesis, la observación periodística evaluada, aunque no publicada como tendencia, sí es un panorama que se advierte en La Habana, y es un rasgo favorable para el Acuerdo Final, sin alargues, como se ha insistido en Gobierno y sociedad civil.
Ojalá el consenso percibido, confirme que lo sumado en rectificación, es tejido suficiente para confeccionar la carpeta de la paz.
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