Pensando en Colombia, Letras y esperanza para el país que soñamos, es la nueva obra, de editorial Planeta, de iniciativa de Visión Colombia 2022, un proyecto de la sociedad civil que reúne a varios centros de pensamiento. El libro reúne a varios coautores, que dan respuesta, en sus más destacadas columnas, escritas en el trascendental año de la pandemia del siglo XXI, en contra de los vientos que pretenden meter a Colombia en un maremágnum de frustración histórica, en esa especie de adanismo que recordamos en una anterior columna -que busca enceguecer los avances del pasado- a cambio de una hoja de ruta que reconoce la problemática actual con ojos críticos y a su vez pone de manifiesto una visión propositiva, tocando la llaga al detrás de bambalinas del tejido político, para volver a apretar el hilo más que para dejar deshilachar la senda.

El libro parte de un diagnóstico de la actualidad nacional y recoge muchas lecciones donde a partir de la llegada del Cisne Negro, el covid-19, la mayor evidencia está en recordar que los cambios que se veían como importantes pasaron al terreno de lo urgente y cómo la pandemia no puede dejar atrasar esos cambios, con una solución proactiva que comience por la priorización de los aspectos más sensibles pero aislados de una posición populista, es decir no centradas en el contentillo y lo más atractivo para el pueblo si no en lo conveniente y razonable.  

La emergencia no sólo sanitaria sino también económica y, en especial la cortina política detrás del empecinamiento por llevar a cabo unas marchas en medio de la pandemia como un derecho que superó a las mismas amenazas a la vida y la salud, con el balance conocido, se dedican dos de los capítulos a la nuez que alimenta las movilizaciones ciudadanas y el llamado activismo social y al reto que representa el arte de gobernar frente a la tentación del populismo, la polarización y las debilidades democráticas, en un año además preelectoral, para superar conceptos de deconstrucción y gobernanza débil con el ánimo de despertar dónde está el león dormido.

Para superar esa sensación, que aduce Salud Hernández en el prólogo, de dejar evaporar la gesta de todo un país o de dejar al viento las posiciones lúgubres que inspiran una cotidianidad basada en la frustración, los siguientes capítulos recogen un diagnóstico de emociones sociales que acompañan verdades frente a la real tolerancia, la mezquindad y la defensa de las ideas que se nutre de un mensaje claro en posibilidades y perspectivas para el crecimiento económico y el fortalecimiento empresarial, como la primera de las preocupaciones, que más allá de pararse en la moda de enviar al imaginario colectivo la idea de necesitar reinventar o reinaugurar el país, busca construir sobre los construido con severas posiciones frente a falencias de siempre estructurales.

Como premisa, una Visión de Colombia 2022, como dijera Rodrigo Pombo, no es posible sin dejar las páginas de un capítulo muy nutrido a las propuestas de jóvenes con ganas de liderazgo para abrir las puertas a esa mirada en prospectiva de la Colombia que hoy sufre pero que no puede caer en la desesperanza pues jamás ha sido su talante.

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

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