MIRADOR
Crítico
NO son buenas las noticias este jueves en el frente laboral colombiano. El actual desempeño de la economía nacional, al filo del racionamiento eléctrico, no hacen viable la creación de nuevos puestos de trabajo.
El ánimo de consumidores es bajo y también su capacidad de compra.
El desempleo vuelve a crecer en momentos en que la economía crece, pero poco, y la confianza de los consumidores sigue siendo floja.
No hay opción de conseguir trabajo en el sector privado, tampoco en el público.
Se nos vino la noche: embalses en nivel crítico, ahorro forzoso de energía y aumento del desempleo. El escenario es difícil, pero podría tonarse peor.
Mientras el Gobierno tiene congelada la nómina y aplica un duro recorte en gastos e inversiones, la industria y el comercio no ofrecen vacantes, al menos durante este primer trimestre.
Mientras el verano hace estragos y pone en jaque infraestructura hídrica del país, el clima de los negocios se enfría y dificulta la oferta de trabajo.
La situación empeoraría en el corto y mediano plazo dependiendo del rumbo de la economía en frentes como tasa de cambio, petróleo, impuestos, tasas de interés, inversión, ventas, producción, exportaciones y por supuesto, energía. Urgente que llueva.
En industria y comercio se mantiene la nómina, los patronos intentan no despedir trabajadores, pese al menor ritmo de crecimiento y a la incertidumbre de los hogares en el país y en la economía.
Si bien se intenta aguantar y no sacar gente a la calle, los empresarios se ven a ‘gatas’ para generar nuevos empleos, expandir y modernizar negocios.
Con un crecimiento menor al 3% anual el panorama pinta feo para el empleo. Cerca de 400 mil colombianos estarían buscando un trabajo, aunque el número podría ser mayor si se considera a quienes se ven forzados a dejar la informalidad. Gentes que no tienen ni para un puesto callejero.
El Gobierno, patronos y gremios van a tener que asumir un compromiso político para empezar a crear nuevos empleos.
Va a ser necesario que el Ejecutivo aplique incentivos que faciliten las condiciones para ampliar la nómina en las empresas.
De la misma forma como se concerta el salario mínimo, los empresarios, centrales obreras y Gobierno tienen la responsabilidad social de encontrar salidas audaces y rápidas que permitan abrir vacantes y enganchar mano de obra. Crear empleos dignos siempre será buena inversión.
Desempleo y racionamiento eléctrico, dos fantasmas ya conocidos que vuelven a asustar.