“Nuevo formato de alianza para desarrollo global”
MIRADOR
Reintegrar
LA política, la economía y las relaciones internacionales requieren hoy un nuevo formato institucional de alianza para el desarrollo global. El rostro oscuro del terrorismo acecha seguridad mundial. Lo cotidiano se torna temerario y el quehacer diario gana un tono dramático ante asedio de ataques ‘fantasmas’, inesperados y cargados de odio y venganza viscerales. La economía mundial, más allá de la política y la diplomacia, está en la mira de grupos extremistas despiadados y sin apego a la vida.
Camuflados entre inmigrantes o protegidos por Europa resurgen alas asesinas de grupos terroristas que intentan causar miedo y quebrantar democracias. Los Estados a merced de lo imprevisto, pero imaginable, de lo ineludible, pero inevitable. En un marco de caos, desolación, desesperanza e incertidumbre, los países deben ser solidarios, cercanos y amigos.
Alemania ha pedido a socios de eurozona que ayuden con el hospedaje de desplazados que huyen de la violencia y buscan domicilio, empleo y una nueva vida en Europa. La potencia europea sostiene que no podrá llevar toda la carga de los inmigrantes. Les ha pedido a otros países ricos que colaboren y permitan ingreso y socialización de personas que buscan desesperadas una nueva oportunidad.
Es un tema internacional, a la vista de todos, atizado ahora con el dolor de los ciudadanos de París, que inspira una propuesta de Colombia al mundo solidario: en algún momento del posconflicto con las Farc convendría pedir cooperación internacional para reintegrar a desmovilizados. La petición sería de Colombia a países vecinos que estén en condiciones de acoger en sus territorios a colombianos reincorporados a la vida civil, luego de firmarse la paz en 2016.
Como Alemania, Grecia y Francia han pedido a otros miembros de la euro zona que lleven a sus territorios a miles de inmigrantes, Colombia podría solicitar a quien se interese en el continente, ayuda para albergar a compatriotas a partir del posconflicto. Sería una tarea de persuasión diplomática, de acercamientos entre embajadas y acuerdos entre cancilleríass ofrece sus servicios para acoger posconflicto. Es garantizarles a todas estas personas que van a tener un nuevo comienzo con t.
Lo primero será hacer un censo para contar el número de alzados en armas que pasarán a una mejor vida con resolución del conflicto armado. Evitar los ‘colados’.
Lo segundo será verificar posibilidades que tiene el país de darles cabida a desmovilizados en nuestra estructura productiva.
Un tercer punto tiene que ver con voluntad política del Gobierno de permitir que un determinado número de exguerrilleros logren ser admitidos en otros países del área, en condiciones dignas de empleo, salud, educación y resocialización. No es mandar al exilio a colombianos que hagan parte del posconflicto. Es garantizarles un nuevo comienzo con garantías políticas, sociales, económicas y culturales.
Si un país cercano ofrece sus servicios para acoger nacionales cuando inicie el posconflicto, será necesario un proceso de verificación que tenga en cuenta disponibilidad y aceptación del ciudadano objeto de este beneficio.