Orlando Cano Vallejo | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Noviembre de 2015

Cercanos

En la Casa Blanca y el Congreso americano miran con moderado optimismo el rumbo del proceso de paz con las Farc. Políticos y empresarios en Washington y Miami se expresan en buenos términos sobre el ritmo de las conversaciones en Cuba, pero no ocultan algún grado de incertidumbre o expectativa. Mantienen confianza en propuestas del presidente Santos en mesa de diálogos de La Habana, pero guardan reservas sobre planteamientos de la guerrilla.

Fuentes del Gobierno norteamericano estiman que el presidente Santos tiene claro el modus operandi de las negociaciones de paz y aguardan lo mismo de parte de alzados en armas. Demócratas y republicanos olfatean un buen suceso de aquí a marzo de 2016, pero prefieren no referirse a fechas ni calendarios para la terminación del conflicto. Políticos de ambos bandos consideran que el camino podría seguir teniendo espinas y por eso prefieren ser prudentes en sus observaciones.

Lo único claro y seguro al hablar con fuentes americanas es que ven venir la paz, aunque prefieren no referirse a plazos. En público, los empresarios de ese país son ambiciosos cuando se refieren al curso de las negociaciones e incluso van más allá: dan el beneplácito al posconflicto. Sin embargo, en privado, son más observadores y cuidadosos. Optan por ser más bien prudentes y no dar opiniones sobre puntos centrales de los diálogos de paz.

Lo cierto es que en Estados Unidos preguntan más sobre el acontecer cotidiano que por encuentros con las Farc. Les inquieta el clima de negocios, seguridad ciudadana, políticas contra el narcotráfico y delincuencia común.

Una pregunta recurrente de las gentes de Washington y la Florida a las que les gustaría visitar Colombia es si nuestro país es uh buen destino en términos de seguridad, movilidad y atractivos turísticos. Luego, como un segundo plano, se les viene a la cabeza el proceso de paz con la guerrilla. Es más, generalmente, no tocan el tema, a no ser que haga parte del punto central de una conversación. Significa entonces que los norteamericanos se inquietan más por saber de la oferta económica, cultural y turística, de la seguridad, que de los diálogos con las Farc. Empresarios y políticos le dan un buen grado de importancia a lo que ocurre en Cuba, con mirada relativamente optimista, pero no como lo único importante.

Hay una sensación de confianza con lo que viene haciendo el presidente Santos y miran con buenos ojos lo que saben de nuestra economía y la promoción de nuestros productos de exportación.

Norteamericanos relacionan todavía al país y mucho, con el café. También con las flores, aunque no dejan de mencionar el narcotráfico.

Con reservas, pero hoy nos miran mejor, son más cercanos.