“Priorizar el de los espíritus y deponer odios”
MIRADOR
El desarme
De cara al 2015, colombianos deberíamos priorizar el desarme de los espíritus y dar cabida a la tolerancia. Inútil cese el fuego de Farc si en casa no arreglamos las cosas. Ningún favor hacemos no deponer odios, rencillas, diferencias y violencia verbal. La casa de cada uno debe estar en orden. Buenas maneras inician en el hogar. Hay un ambiente denso y pesado entre la gente. Gentileza y buen trato a los demás, el respeto a ser diferentes, son virtudes humanas que no deben faltar.
Hay un clima enrarecido en lo social, económico y político. Todo parte del mal ejemplo de una clase política que aún resiste la mayoría de la opinión pública. Hay un rancio entorno por los salidas de tono de gobernantes y dirigentes. Un sabor agridulce por lo poco que aporta la política al desarrollo de un mejor país, con equidad, paz, justicia, salud y educación. Brecha entre ricos y pobres marca la pauta. Ingreso es inequitativo y aún más con las mujeres. Redistribución de renta a pedacitos. Ahí está el quid del asunto. No habrá convivencia pacífica mientras riqueza sea esquiva a la mayoría. Mientras educación sea mediocre para los más pobres, no habrá cómo formar riqueza. Mientras educar sea tan precario y tan alto su costo, complicado hacer profesionales exitosos y bien remunerados. Cuanto más bajo el sueldo de un trabajador o estudiante superior, bien duro prosperar. Con salarios flacos para próximos a graduarse en universidades y para profesionales, no hay forma de hacer capital.
En tanto el colombiano no se sienta respaldado por clase política honesta y respetuosa con democracia, va a ser complicado mejorar el estado de cosas que a diario ocurren. Violencia, delincuencia, hurto, agresión, atracos, crímenes y ataques frenéticos contra infraestructura urbana, seguirán estando ahí. Es como una rebelión interior de quienes parecieran actuar bajo influencia de quienes saquean el Estado.
El nuevo año podría ser bueno en materia económica si reforma tributaria es bien digerida y no da al traste con moderado optimismo de empresarios. Podría ser un buen año si el Gobierno continúa facilitando ambiente propicio para crear nuevos empleos, mantiene en cintura la inflación, mejora seguridad ciudadana, avanza en infraestructura, entrega más viviendas prioritarias y estimula emprendimiento y creación de empresa. Un buen 2015 depende de un Estado solidario, justo y eficaz en transformación social. Justicia comprometida con la gente y políticos del lado de la comunidad, no de arrogantes intereses particulares.
Si se firma el proceso de paz con las Farc habrá un nuevo aire para concordia nacional, pero insisto, empecemos por desarmar espíritus, odios y revanchas. No más enardecidos políticos al borde de un ataque de nervios. Paso a la concordia. Buena salud en 2015.