ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 4 de Marzo de 2014

De una

 

A poco más de dos meses de justas presidenciales parece que no hay de otra: Juan Manuel Santos ganará su reelección. Siendo así, ojalá gane con suficientes votos para evitar una segunda vuelta, pues igual muy seguramente saldrá vencedor. Si evitamos la segunda vuelta, ahorramos plata, habrá menos expectativa e incertidumbre política y menores efectos sobre economía. Si Santos es seguro ganador en las votaciones de mayo mejor que gane de una. El mapa político no muestra dificultades para que en mayoría de regiones el Presidente Santos alcance su victoria en las urnas.

Tendrían que pasar cosas excepcionales y rarísimas para que cambie la preferencia de voto. Los competidores de Santos no parecen tener mucho de donde echar mano para repuntar encuestas y arrimársele. Y no es que no haya buenos contrincantes en la arena política nacional. Marta Lucía Ramírez es activa, inteligente, visionaria, corajuda y conocedora del país. Siempre ha sido consistente con sus tesis, apasionada por un mejor país, incluyente y equitativo. Ella fue gran Ministra de Comercio Exterior y una exitosa Ministra de Defensa.

Óscar Iván Zuluaga, otro riguroso y encumbrado candidato. Congresista digno de crédito y calificado el mejor Ministro de Hacienda de la región. Obsesionado porque el país crezca con justicia social, mejor salud, mayor cobertura en salud. Conoce y siente el país, sería un gobernante de lujo, innovador, creativo y de consensos. Tanto a Ramírez como a Zuluaga les cabe el país en la cabeza. Dignifican la política y hacen decente la carrera hacia la Presidencia.

No es pues ausencia de candidatos de peso en la arena política. Más bien es un desgaste de obsoletos partidos tradicionales.

El conservador, desteñido, ido de escena, ajeno a las grandes transformaciones políticas de nuestro tiempo. La bandera azul no ondea alto en el horizonte nacional, perdió identidad y arraigo popular.

El  liberal intenta reinventarse, pero no encuentra norte, parece no tener brújula ni identidad. Poca renovación de sus militantes, escasa dimensión, pobre aporte a la mejora de las costumbres políticas. Dos partidos sin brillo, ni mejor ni peor de lo que vemos en desprestigiada clase política, contadas excepciones.

Ramírez y Zuluaga lucen como dos luciérnagas en la oscura noche de los partidos.

Para beneficio del presidente Santos, su fórmula vicepresidencial, Germán Vargas, es una tabla de sumas. Lo encarama aún más en cima de las encuestas y lo afianza en su reelección. A Vargas lo ven como un candidato presidencial con credibilidad entre ricos y pobres. Con él, los astros parecen alineados a favor de Santos. Nada probable que el presidente Santos sufra estrés electoral en mayo. Las cábalas periodísticas sugieren holgada victoria, que insisto, por economía, ojala evite segunda vuelta.