ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 13 de Agosto de 2013

Sin línea

 

No es necesario ponerle ‘palos a ruedas’ del desarrollo nacional y menos conveniente obstruir marcha del tren de la prosperidad que aunque lento, avanza hacia un país menos concentrado, inequitativo y excluyente. Las trabas surgen de sectores público y privado donde pareciera que se carece del sentido común, y la responsabilidad social y política para entender que crecimiento con equidad no es posible si ciudadanos son sometidos a trámites innecesarios y abusos dominantes. La política anti trámites significa remover gestiones inútiles que tradicionalmente venía realizando la comunidad. Sin embargo, surgen diligencias y procedimientos que riñen con país moderno, expedito en trámites e innovador.

¿Para qué tanta parafernalia con renovación de pases de conducción? ¿Para qué  engorroso proceso si no estaba lista plataforma tecnológica? ¿Si el RUNT no está en línea, por qué someter a semejante estrés a conductores? 

No podemos ser más precarios en tecnología. ¿Y este es el país de la innovación, de la transformación tecnológica, del salto en productividad, del impulso en competitividad? ¡Debería darnos pena! No puede ser que estemos tan pobres en lo que otros países emergentes y vecinos, andan aventajados. Mientras afuera existen autopistas de la informática, aquí seguimos navegando por caminos de herradura.

Hasta el viernes pasado, miles de conductores intentaban renovar licencia de conducción. Y pocos lo han logrado. Los centros calificados para practicar exámenes médicos están dado citas a 30 días, como en las EPS. Y no es por que sí, es por que se cae línea que migra estos datos al RUNT. Como se cae el sistema, los centros de atención al usuario encargados de entregar renovación de pases, no pueden hacer nada. Largas filas, congestiones y tramitadores haciendo su agosto. ¡Qué mal salió este proceso! Un pequeño lunar que hace ver feo el rostro nacional a los ojos del mundo.

Es un percance que nos pone en mala situación ante inversionistas extranjeros que prefieren mirar otros destinos donde las cosas sencillas como la renovación de licencia de conducción, no son un calvario, una pesadilla para usuarios. Y los ejemplos de lo que es una nación ‘patas arriba’ son muchos. Parece una fábula que el Gobierno tenga que obligar a operadores de telefonía celular a compensar a usuarios con minutos cuando se les caen las llamadas, o sea, siempre. Un empresario foráneo no ve bien que Colombia registre tantas fallas en señal y cobertura de voz y datos en telefonía celular. Y peor aún, que a estas compañías haya que obligarlas a retribuirles algo a los consumidores por el irregular servicio que pagan.

Y ni hablar del ‘oso’ en plataforma de la DIAN.