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LÁSTIMA que figuras tan ligadas al café no aspiren hoy a la gerencia de la Federación de Cafeteros. Néstor Osorio, Mario Gómez y Juan Camilo Restrepo, serían un lujo como terna para dirigir industria cafetera colombiana.
Lo primero que urge es recobrar confianza y certidumbre en el negocio y la institucionalidad. Lo segundo, enderezar el rumbo del gremio cafetero, trazar nueva ruta de la política comercial, producción y fortalecimiento de la FNC. Más de 500 mil familias cafeteras esperan nueva esperanza para su cafetal.
Las diferencias en el manejo de la industria cafetera deben terminar o de lo contrario, café y gremio, van a seguir perdiendo. Urge un gerente que reacomode las cargas, serene los espíritus y abra la tienda con mucho valor agregado.
Productores a responder por cosechas de calidad, y acordes a exigencias del consumo global. Los exportadores, a su vez, a repotenciar la oferta exportable cafetera, conquistando nuevos mercados, cumpliendo embarques, despachando cafés supremos y aprovechando el diferencial o bonificación por calidad.
Los suministros de exportación, la llamada cuenta del exportador, la presencia del Gobierno en el Comité Nacional, los subsidios al cultivador, el volumen de exportaciones, las finanzas del Fondo Nacional y la renovación de cafetales, temas a discutir y definir. No conviene subsidiar el café. Nunca debió ocurrir. No conozco ningún cafetero que esté a gusto. No hay un cultivador que celebre el precio de compra. Cafetero es sinónimo de quejarse. Siempre inconformes.
El café nos dio mucho, pero ya no es el producto de la corona. Son más las vacas flacas hoy. Suma poco en el PIB nacional, en el agrícola y en empleos directos. Influye, pero no pesa en la balanza comercial. Darle asistencia, subsidiar la caficultura es convidar a otros sectores a ese derecho. El asistencialismo no es bueno, es perverso y distante del desarrollo general.
En lugar de darle más largas al subsidio del precio interno, mejor hacer vías, escuelas, puestos de salud. Los cafeteros ni van a quebrar ni van a desaparecer. Bien o mal, qué sector rural vive mejor que el cafetero con las duras y maduras? Flores? Banano? Lo dudo.
Abrir el negocio está de moda. Que los exportadores no sean convidados de piedra en los contratos de exportación o convenios de suministros. Molesta que la Federación sea ama y señora del mercado, fijando las reglas, gusten o no a los exportadores particulares. En lugar del Gobierno sentado en el Comité Nacional, máxima instancia gremial, que se siente el presidente de Asoexport. ¿Por qué no? ¿Qué o quién lo prohíbe?
En terna de aspirantes suenan Juan Lucas Jaramillo, Juan Esteban Orduz y Eduardo Gómez.