ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 2 de Julio de 2013

Economía y paz

 

Inicia julio con luces intermitentes en el tablero de economía nacional y sabor agridulce por reciente desempeño de producción, ventas, exportaciones, facturación y empleo. Los coletazos de incertidumbre global por desaceleración en economía de EE.UU. y recesión en eurozona, sí impactan el desempeño de mercados en América Latina, y Colombia no ha sido la excepción.

Cierra primer semestre plagado de volatilidad en mercados financieros con desvalorización de fondos de inversión y mínima renta en depósitos del público, además de caída en títulos-valores y menor consumo. Aunque se presagia ligero repunte de producción y ventas en el segundo trimestre de este año, solo a partir de este último tramo, Gobierno y productores aguardan recuperación sostenida de la economía con un mejor clima de inversión.

Informaciones que llegan esta semana de la zona euro y de EE.UU. en materia de crecimiento, inflación, empleo y consumo, desalentadoras. España la sigue pasando mal al punto que, remesas que envían colombianos a sus familias aquí, continúan cayendo. EE.UU. se refuerza contra indocumentados y residentes ilegales, lo que complica aún más las cosas, pues son cientos de familias que aunque quieren volver al país, saben que no les será fácil encontrar trabajo.

Las relaciones con Venezuela y Ecuador andan en relativa calma. En el frente externo, miradas están puestas en nuevos tratados comerciales. Ya hay avances para sacar adelante TLC con Japón. La embajadora en Tokio, Patricia Cárdenas lo, confirmó y que este segundo semestre habrá citas y acercamientos entre gobiernos y empresarios de ambas naciones.

Positivo que avances de paz en La Habana, entre Gobierno y Farc, no influyen para nada en la agenda económica del país ni en la toma de decisiones de inversionistas. Al contrario, hay moderado optimismo acerca de los diálogos y parece refrendarse entre hombres de negocios lo ya acordado en la mesa. Empresarios, trabajadores y consumidores parecen estar bien sintonizados con el radar de las negociaciones de paz, sin que ellas afecten el acontecer nacional.

Empleo, inversión, salud pública, educación, seguridad, movilidad, infraestructura, tarifas de servicios públicos y nuevo espectro para operadores de telefonía celular, pendientes de los colombianos.

Independiente de cómo le vaya al país en nueva apuesta por resolución pacífica del conflicto armado, los hogares tienen sus propios afanes: generación de empleo digno y estable, mejor atención y cobertura en salud, acceso a educación, seguridad en las calles, acceso a crédito hipotecario y mejoras en sistemas de transporte. El conflicto armado se negocia en mesa de diálogos, pero la gente se siente en paz solo cuando encuentra trabajo.