Orlando Cano Vallejo | El Nuevo Siglo
Martes, 14 de Abril de 2015

MIRADOR

Inamistoso

La  mayoría de colombianos estamos con los pelos de punta por cuenta del manejo poco amistoso y solidario del sistema de recaudo tributario.

Bogotá prendió alarmas, pero en muchas regiones  también sonaron campanas de alerta. Nuestro universo impositivo es frágil, disperso, inamistoso y nada cercano al contribuyente. La encaramada de precios de inmuebles, casas, apartamentos, lotes, casas de descanso, fincas, locales, bodegas y pequeños negocios, alertó a sus propietarios y los hizo hacer maromas financieras para pagarle al fisco.

En la capital del país hay indignación por la elevación exagerada de avalúos residenciales, muchos de los cuales nivelan o superan el precio comercial de los bienes.

En otras regiones del país la situación es igual o peor. Los hogares ya pagaron un predial altísimo, desbordado e inflado en muchas ocasiones. El valor de este gravamen no refleja el estado del bien, su valor real, pero tampoco aborda la capacidad de pago del usuario, muchas veces desempleado, pensionado o asalariado. Quienes tienen una propiedad  amplia y vieja, debieron pagar un impuesto como si el predio fuera nuevo, moderno y muy valorizado. Seguro que debemos honrar nuestras obligaciones fiscales, pero que no se les vaya la mano.

Muchas familias debieron ir al banco por crédito para pagarle a Bogotá con descuento del 10% el viernes pasado. Otras optaron por esperar, perder el descuento por pronto pago y cancelar más caro.

No hubo reversa en el predial por parte del Gobierno distrital. Sólo se revisará caso por caso. Una golondrina no hace verano, pero el malestar general de los bogotanos por las tarifas del predial, deberían llevar a replantear el manejo y administración de este tributo. Tenemos derecho al reclamo, a la revisión del formulario, pero de una forma rápida, oportuna y amable. No es sano esa vieja costumbre de pague primero y luego vemos.

En La Tebaida, Quindío, una familia se pasó un par de días hábiles el pago del predial por $ 2.4 millones, y debió pagar $2 millones 540 mil, 140 mil pesos más. La respuesta de la tesorería fue: pague que eso es interés de mora, así porque sí.

Prácticas similares sufrieron miles de contribuyentes en todo el país. Lo curioso es que para cobrar las autoridades son rápidas y efectivas. Llegan correos y avisos que causan nerviosismo. Otras veces cobran lo que ya se ha pagado. Lo mismo no ocurre cuando el contribuyente es quien reclama o pide revisión de su estado fiscal. Lejanía, arrogancia y displicencia del funcionario de turno. Esto hace que el contribuyente sienta que vive bajo un Estado recaudador, nada más.

Las secretarías de hacienda locales hacen bien su trabajo de cobrar los impuestos, el asunto es que el ciudadano es convidado de piedra, por arte de magia le incrementan el predial.