Nuevas formas en la política | El Nuevo Siglo
Martes, 29 de Octubre de 2019

Después de conocido el resultado de las elecciones regionales, nos levantamos más que ante un nuevo mapa político ante una nueva forma de hacer la política. Hoy activar un movimiento por una causa se convierte en el objeto principal de la democracia. Y no sólo en movimientos alternativos sino también en el interior de los partidos, incluso en los tradicionales.

Sin embargo, esas causas sólo funcionan si se tiene la capacidad de conectar con el ciudadano de a pie, en especial con los jóvenes -en un país como el nuestro con población joven- o con grupos significativos que se reúnen en torno a una motivación, con otro ingrediente que cobra cuenta como es la capacidad de generar acciones colectivas. No es extraño hoy, por lo mismo, hablar de colectivos.

Hoy los mandatos no son una orden. El caudillismo no mueve las masas. Las causas son la motivación y generan la congruencia. Y de su mano juega en buena medida el poder ser un ciudadano con quien se cuenta, participativo. No obsta, por supuesto, para que perdure la capacidad de los partidos, con su propia ideología, para marcar el eje transversal y agrupar un mismo pensamiento, pero las causas motivan su unidad y disciplina.

Y esto debe empezar por la política local, por el entorno cercano. Hay aún mucho desconocimiento, por ejemplo, sobre los nombres y las acciones de los Ediles. En el caso de Bogotá los partidos que tienen los líderes que presentan causas más allegadas al vivir diario, ganan la partida.   

Las maquinarias más adheridas fueron superadas por las fuerzas jóvenes, quienes defienden una causa específica, con dos variables inseparables: su narrativa y aspiración. Contar historias, contar acciones, contar aspiraciones, contar un logro, contar una victoria con la facilidad de llevarlo a redes y reuniones es lo que genera la escucha activa. Con una vara posterior que premia o castiga la gestión pero donde contar y conectar es clave.              

Dice Martha Nussbaum, filósofa norteamericana, que todas las sociedades necesitan de algo parecido al espíritu de la tragedia y al de la comedia, para moldear su destino. “todas esas emociones públicas, a menudo intensas, tienen consecuencias a gran escala… pueden imprimir a la lucha por alcanzar esos objetivos un vigor y una hondura nuevos, pero también pueden hacer descarrilar esa lucha, introduciendo o reforzando divisiones y formas diversas de desatención…

Los partidos se tornan en los veedores porque dichas causas guarden coherencia con su doctrina. En la medida que baja la abstención -ya seis personas de diez votan- hay más castigo o premio por una gestión pero también por la forma de conectar con las causas y realidades que se viven en la calle.

En todos los partidos, repito en todos los partidos, hay nuevas figuras, muchos jóvenes con causas, convencidos del modelo y la causa concreta que defienden, que renuevan a las maquinarias y son los que han ganado la contienda.

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

uribemariaelisa@gmail.com