No al fracking | El Nuevo Siglo
Jueves, 27 de Septiembre de 2018

 “El fracking es un crimen contra el planeta”

Alejandro Jodorowsky

 

 

Como en otros temas, que he tratado en mi columna, no quiero posar de experta en explotación petrolera, pero si he estudiado y leído bastante sobre el fracking, que es la fracturación hidráulica para romper la corteza terrestre  permitiendo la  extracción de  crudo tras romper mantos rocosos a gran profundidad, utilizando potentes taladros con agua a alta presión mezclada con aditivos químicos, cuya toxicidad es lo que preocupa a los ecologistas, por el grave detrimento que causa especialmente de las fuentes de agua.

Aunque en nuestro país se están agotando las reservas petroleras, que solo alcanzarían para cinco años, y las de gas para diez u once años, no se justifica en medio del desespero utilizar esta técnica para aumentar la producción.

Nosotros no contamos con reglamentaciones, ni estudios de impacto ambiental, ni se han establecido controles para autorizar esta técnica, que quieren imponer las compañías petroleras, pensando más en sus utilidades, que en la salud del planeta.

Camilo Prieto, presidente de la ONG Movimiento Ambientalista Colombiano, pide que el fracking se aplace hasta tanto se defina una reglamentación para proteger las fuentes hídricas.

Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, ACP, señala que: “Colombia ha preferido ser cautelosa con el acceso a esta tecnología, y eso no está mal. Por eso el país se ha tardado ocho años para adoptarla a través de una regulación que nos permite adelantar una actividad exploratoria de manera sostenible con el medio ambiente”.

Uno de los temas complejos que plantean los ecologistas es el destino de las aguas residuales producto del fracking, para su posterior vertimiento seguro a las fuentes hídricas.

En nuestro país el 70% de nuestras fuentes hídricas provienen de nuestras montañas, de los páramos, y ya tuvimos la experiencia en Cajamarca, Tolima, que con solo la exploración de oro, más la construcción del túnel de la línea, desaparecieron más de diez fuentes de agua.

Un solo pozo de fracking utiliza entre 15 y 26 millones de litros de agua al año, eso ocasiona un gigantesco  riesgo ambiental para el país. Y lo peor, insisto, es que no existe una alternativa que permita tratar las aguas residuales.

Francia, España y Alemania han prohibido esta técnica, que es también ampliamente rechazada en otros países. Pero en nuestro país, sacando el fantasma de la insuficiencia y que las reservas se nos acabaran muy pronto, han logrado persuadir al gobierno para impulsar el fracking, en vez de impulsar el uso de energías alternativas como ya los están haciendo otros países.

Lo que están proponiendo los ambientalistas es  generar un gran apoyo nacional a la campaña de NO al Fracking para convertir la recomendación de los expertos en un verdadero, mandato público, para que el nuevo Ministro de Ambiente no pueda, autorizar esta técnica en Colombia.  

Recientemente la  “Alianza Colombia Libre de Fracking” entregó al Congreso un paquete con más de 100 mil firmas de respaldo al proyecto que busca prohibir esta modalidad de explotación petrolera.

lorenarubianof@gmail.com