En el camino de la vida, algunos, por bondad de Dios, tenemos inclinación a mirar lo positivo que nos rodea, animarnos con ello al bien y gozar con esas bondades. Entre ellas el haberme cocado el Señor frente al excelente libro “Florecillas del Papa Wojtyla”, del escritor Doménico del Rio, quien ha seguido en sus viajes a este gran Pontífice Juan Pablo II, descubriendo allí mensajes profundos, que entrega, y detalles sencillos vividos con fe, y cómo afronta las dificultades con tanta serenidad. Muy diciente, de entrada, el dialogo del Papa y con el escritor al enterarse que iba a seguir sus pasos para narrarlos, y le dice: “Usted no me deja en paz”, y el escritor le replica, con la verdad de cuanto realiza el Papa: “pero es Ud., Santidad, quien no deja en paz al mundo”.
Antes de seguirlo en sus viajes, de destacar detalles salientes que hay en el libro sobre este peregrino por el mundo, que pregona con su palabra y testimonio grandes valores cristianos. Nace el 18-05-20 en Wadopwice, Polonia, hijo de militar piadoso, quien lo orientó en la vida, pues su madre murió cuando tenía 9 años. Le toco la invasión de alemana a su país en 1939, trabajó como obrero cuatro años, estuvo en Seminario clandestino pero tuvo, como otro seminario, el gran ejemplo de su padre hasta los 21 años. Le tocó la ocupación rusa en 1945.
Fue ordenado Sacerdote el 01-11-46, y estudió Teología Espiritual en Angelicum de Roma. Sufrió, grandemente, con la prisión del Cardenal Wyszynski en 1953. Fue nombrado Obispo Auxiliar de Cracovia en 1958, y como tal participó en el Vaticano II. S. Paulo VI lo nombra, Arzobispo de Cracovia en 1964 y Cardenal en 1967. Participa en el cónclave que elige a Juan Pablo I en 1978, y, en cónclave siguiente, el 16-10-78 es elegido Papa. Pronto, el 25-01-79 emprende su primer viaje internacional a México a inaugurar la Conferencia Episcopal Latinoamericana en Puebla.
Importantes los detalles de su personalidad que da el escritor, resumen y conclusión del contenido de su afortunado libro, que plantea en el Prefacio, al responder a la pregunta “¿Wojtyla qué hombre es?”. Dice: “es Pontífice Itinerante, anunciador evangélico, místico orante, padre comprensivo, orador fogoso, penitente que pide perdón, juez severo, consolador de los que sufren, predicador de la paz, compañero amigable, barrendero del mundo”. Hay allí resumen y conclusión del contenido de este afortunado libro.
Al ir leyendo las 310 páginas narrativas del libro, van apareciendo personajes los más variados, cuya presencia, corta o prolongada, aprovecha el Papa para palabras y actitudes que dejan oportuna y valiosa lección. Debe dirigirse a niños o ancianos, jóvenes o adultos, deportistas o científicos, simpatizantes o fuertes críticos, fieles católicos o de otros credos religiosos, para todos los cuales hay serena reflexión. Según las naciones y continentes visitados al darle la vuelta al planeta va descubriendo estilos y costumbres, abundancia o pobreza de los pueblos, ejemplos de vida edificante, o criminales a quienes con respeto y amor, como al que lo hirió en la plaza de San Pedro el 13-05-91, da llamada a cesar en esa dolorosa senda. (Continuará).
*Obispo Emérito de Garzón