Lunes, 6 de Junio de 2016
Robledo versus los Carteles
Cuando los especuladores del arroz, producto básico para la mayor parte de los colombianos, subieron los precios, tuvimos que pagarles lo no debido. Y el índice de inflación real para el sector más pobre superó el promedio fijado por el Dane. El ministro de Agricultura no tuvo el coraje para liberar la importación del arroz a su debido tiempo. En ese lapso esos especuladores hicieron su agosto a costa del hambre. Luego los azucareros también acordaron entre ellos subir artificialmente el precio del azúcar y el Superintendente Robledo, cumpliendo con su deber, les impuso una multa. Los resortes de poder azucarero, entre ellos RCN y varios periódicos se rasgaron las vestiduras por ¡“el atropello”!
Los papeleros aprovecharon para hacer lo propio a principios de la jornada escolar y obtuvieron su lucro de las familias con estudiantes, perjudicando de nuevo a los sectores más necesitados. De nuevo el Superintendente con diligencia los multó. Y ahora se ha descubierto que el cartel del papel higiénico ha hecho lo mismo que los especuladores del arroz, el azúcar, y los cuadernos escolares. En este último caso, el sistema de salud pública ha pagado millonarias sumas y adeuda a esos especuladores del papel y toallas higiénicas. Lo que constituye una erogación doble, la del Estado que sostenemos con impuestos y la que sufrimos como consumidores. De nuevo el superintendente debió imponer la multa, a pesar de las amenazas de los intereses creados.
Se está cumpliendo en forma irónica lo que Churchill decía de la fuerza aérea inglesa “nunca tantos debieron tanto a tan pocos”. Un pensador contemporáneo de Churchill que padeció la revolución bolchevique y conocía sus causas, Nicolás Berdiaev, sostenía que cuando él defendía su pan era sólo un hecho material. Pero cuando defendía el de su vecino era un acto espiritual.
Está visto que la firma del cese al fuego con la guerrilla en La Habana no es la paz plena si no hay un contrapoder eficaz contra esa codicia agresiva. Es obvio que Colombia es el único Estado de las Américas no incluyente y con conflicto armado. En Europa el control de los carteles y los especuladores tardó años de lucha, desde el siglo XIX, para ser efectivo. Y en Francia se dieron cuenta de que los carteles pagaban la multa y luego reincidían a sabiendas de que seguía siendo buen negocio, que la población pagaría con creces. En consecuencia lo han erigido en un delito encarcerable, como lo debe ser. Felicitaciones al Superintendente.