BALANCE
El Alcalde de Bogotá
“Empieza su gestión atizando conflictos”
Peñalosa en 45 días, sin tiempo suficiente para desarrollar sus esperanzadoras propuestas, ya ha generado una situación política explosiva. Dijo que construirá apartamentos sobre una reserva ecológica que un visionario profesor alemán donó a Bogotá que es, por cierto, una de las capitales del mundo con menos árboles per cápita y con un grave déficit de parques y lugares de esparcimiento. Más allá de la discusión técnica que siempre es compleja, la impresión de bulto es que el burgomaestre está pagando su elección con favores a constructoras privadas. En una época de inflación y en la que las cadenas comerciales especulan con la alimentación como lo puede comprobar cualquiera, le ha quitado de tajo al sector más pobre el subsidio al transporte. Y esto cuando existen estudios comparativos demostrando que Bogotá es uno de las ciudades en donde las familias deben pagar el más alto porcentaje del mundo por ir a trabajar. En suma está desatando la lucha de clases desde arriba.
El recogimiento de las basuras sigue tan mal como antes, solo que la calle séptima en el centro de la ciudad ha sido descuidada por ser un emblema de su antecesor. El uso del espejo retrovisor para justificar el asunto es por cierto un error, ya que de aceptarse habría que retomar el hilo histórico de decisiones parcializadas a favor de intereses privados que constituyen el caos capitalino actual. Desde la decisión de desestimar la lúcida propuesta de Le Corbussier en los años cincuenta. La destrucción, por ejemplo, de un buen transporte público que fue una política a conciencia implementada a partir de los años setenta, en contra de los intereses de los bogotanos, y a favor de unos pocos empresarios que privatizaron el derecho a la movilización ciudadana, lo que es una anomalía, un escándalo.
Aunque aquí los medios privados suelen escandalizarse cuando alguien defiende lo público, o tal como ocurrió con la denuncia del inefable procurador por los alivios que dio Petro a los más necesitados. Si bien su gestión no fue visionaria evitó la rebelión que Peñalosa alienta. Al parecer el nuevo alcalde no ha sopesado el que por más de una década la capital estuviese gobernada por partidos contrarios al gobierno. Gobierno central que está mirando la realidad más allá de la próxima década al cultivar, por ejemplo, la relación con Clara López Obregón. Persona que podrá ser un futuro puente para una época de post conflicto. Mientras, el alcalde empieza su gestión atizando conflictos.