Mauricio Botero Montoya | El Nuevo Siglo
Lunes, 16 de Noviembre de 2015

 

 “Gravitan sobre el futuro de América Latina

Elecciones en Argentina y Venezuela

LA  primera verá la derrota del kirchnerismo, variante cleptocrática del peronismo. Su resultado deberá influir en el debate electoral contra  el populismo venezolano pocos días después. Si es derrotada la señora de Kirchner que llegó al poder por vía nepótica para burlar la prohibición constitucional contra la reelección, eso no garantiza la superación de unas estructuras malformadas por el peronismo, ese militarismo populista que convirtió a esa potencia económica del inicio del siglo XX, a un gobierno hoy en default con visos de opereta bufa. Pero puede ser un inicio si un golpe militar no interviene de nuevo a favor del peronismo como ha ocurrido en el pasado.

La incapacidad de los dirigentes en ese bello país hace que los comentaristas políticos y aun los del fútbol, parezcan lúcidos estadistas por contraste. El Gobierno entrante se verá abocado a una devaluación forzosa del 40%  frente al dólar con una inflación galopante superior al 25% y una deuda interna y externa acumulada. Mientras que la familia Kirchner ha multiplicado fraudulentamente sus ingresos gracias al control cambiario y el abuso de información privilegiada. Acá los Tom y Jerry de zonas francas se quedan en pañales en comparación con madame Kirchner que lanza su pelo ora al lado izquierdo ora al derecho cuando habla como si promocionara un champú para un comercial de peluquería. Y con prevención, a sotto voce, se preguntan los peronistas por qué la Iglesia ni el Papa Francisco los apoya.

En cuanto a la elección decembrina en Venezuela hay muchos interrogantes. Primero acerca de su trasparencia. La Fundación Jimmy Carter se ha retirado, la OEA considera que en esa elección no hay claridad ni garantías para la oposición, Unasur asistirá pero solo como observadores, y con reservas presentadas por el gobierno de Uruguay, entre otros. Esa asistencia sin dientes se logró tras las interesantes declaraciones del expresidente colombiano Ernesto Samper en una entrevista a Telesur. Cuando el locutor le preguntó qué proponía como Secretario de Unasur para contrarrestar el fenómeno de la corrupción, el señor Samper sacó pecho pero dada su constitución natural sólo se le hincho perceptiblemente el vientre, y muy orondo dijo que eso solo se podía hacer con el ejemplo, tal como él lo había hecho en su gobierno. Con estas ocho mil muestras de elefante se aclimata la elección entre un gobierno que declara que la revolución es un hecho irreversible y una oposición bastante torpe, heredera directa de los Adecos y el Copei. Una oposición que para escoger a sus representantes para diputados no permitió la consulta primaria de uso común en ese país. Esas dos elecciones gravitan sobre el futuro de América Latina.