Mauricio Botero Montoya | El Nuevo Siglo
Lunes, 24 de Agosto de 2015

EL LIBRE COMERCIO

Los Borbones criollos

La   inflación,  conocida como “moneda ladrona”, lesiona peor a los asalariados. Para socialistas y fascistas fue  una bandera de lucha. Hoy los economistas de diversas escuelas coinciden en su gravedad. Aunque algunos, como en Venezuela, pretendan en vano  disimular esa inflación de “izquierda”,  la más alta del mundo. Desde el inicio del chavismo al 2015 ha crecido 1.579%. Los salarios caen, y el Gobierno, así como el argentino, maquilla y omite las cifras para que no pueda hacerse una medición comparativa. Colombia bajó la inflación a un digito. Este gran logro se da por descontado pero supuso una callada lucha institucional de separar los manejos monetarios de la demagogia electoral tan notoria en los dos países mencionados. Si alguien especula se facilitan las importaciones para controlar el fenómeno por vía de la oferta, sin llamar a la policía.

 En el reciente caso del arroz el Ministerio de Agricultura tardó en intervenir contra los abusadores, se prudenció ante las presiones gremiales pero, aunque tarde, ya llegó el suministro. El que protestó contra esa importación fue, para que se asombren, el senador Robledo. Al parecer es aislacionista, enemigo de los tratados de libre comercio. Su tesis heredada de la izquierda borbónica anterior a la caída de la URSS, del neocapitalismo estatal chino y el esquinazo cubano, parte de la base de que hay que defender a una “burguesía nacional”. Y recrear para esa burguesía un coto de caza privado sin competencia global, enriqueciéndola a costa de los encerrados consumidores. Esa fórmula ya fracasada en el siglo anterior, retrasa el desarrollo cuyo acicate es la competencia. Si hacia el 2007 el presidente Uribe perjudicó las negociaciones del TLC con Estados Unidos al declarar que él lo firmaría de todos modos, y así dejó sin piso a los propios negociadores colombianos, en cambio el senador Robledo abomina del libre comercio. En eso coincide, curiosamente, con los planteamientos económicos aislacionistas de Donald Trump para su país. Pero dos errores no hacen un acierto. Con la caída del sovietismo hubo apertura económica en Asia y surgió el fenómeno de los llamados tigres asiáticos. El mejor contraste es el espectacular crecimiento de Corea del Sur, abierta al mercado mundial y el dramático atraso de Norcorea, encerrada en sí misma. Vale decid ensimismada. El grupo de Robledo no ha asimilado qué causó el colapso soviético, el viraje de apertura de la China y el acercamiento cubano al mercado mundial. Y como diría Talleyrand de los Borbones que pretendían restauraciones sin asimilar el detalle de la Revolución Francesa, ellos no han aprendido nada, ni han olvidado nada. Mientras en Venezuela la inflación es un tema minuciosamente omitido por el gobierno y Telesur.