Mauricio Botero Montoya | El Nuevo Siglo
Lunes, 6 de Julio de 2015

                                       

“Nos preguntamos qué otra nos acecha”

¿Y LA TECNOLOGÍA?

De las paradojas

 

EN  este año hemos visto a varias potencias mundiales buscando sin éxito la caja negra de aviones perdidos en vuelo. Los buscan por mar y aire sin hallar rastros y a un costo en trabajo y recursos inmenso. Justo en esta época de GPS, ubicadores geográficos con una exactitud asombrosa, y en pleno auge de internet de comunicación instantánea. En realidad me resulta incomprensible que no se les haya ocurrido crear y mantener una comunicación segundo a segundo abierta y permanente con cada avión. Y que todavía estemos sujetos a buscar físicamente una grabación insertada en un anticuado estuche.

Otra cuestión que no logro entender es el escándalo que ha suscitado el hecho de que el escritor peruano Vargas Llosa a sus setenta y nueve años haya tenido al fin un romance con una dama de fuera de su familia. El curioso escándalo se dio por haber este superado su afición al incesto continuado. La indignación pues es por haber él traicionado su declarada contravención a ese tabú universal, que en su caso, sin escándalo alguno de los medios, incluía a una tía y una hermanastra.

En la última elección presidencial estadunidense los demócratas ganaron en los Estados azotados por temporales climáticos sin precedentes, mientras en plena campaña, estando enfrentado el votante a los elementos, el Tea Party, negaba la existencia misma del cambio climático y pintaba en su propaganda a los ecólogos como lunáticos en procura de extorsionar a las pobres petroleras y multinacionales contaminantes. Ahora cuando Estados como California sufren aún una sequía intensa, el Tea Party, se apresta a otra elección sin condescender a la evidencia del fenómeno climático. Solo que ya no se sufre en regiones a los que el elector promedio le tienen sin cuidado como Groenlandia, Tchad y Chile, sino en pleno Estados Unidos. Y ese país es el mayor contaminador ambiental en el globo, en la nave contaminada comunitaria que es la Tierra. En proporción al número de habitantes, Norteamérica expele más del 25% del gas carbónico del mundo. Y por fortuna el efecto invernadero los está afectando, de no ser así seguirían destruyendo el planeta sin inmutarse. De modo que mientras Washington envenena en silencio al mundo que aspira a liderar, y Vargas Llosa nos escandaliza con sus romances extra-familiares, y todas las potencias persiguen sin éxito una chatarra mal llamada caja negra, nos preguntamos qué otra paradoja nos acecha.

La renuncia de Viviane Morales del Partido Liberal por la evidente irregularidad de los avales confirma lo que aquí se advirtió. El paso de Simoncito por la dirección del liberalismo y su supuesta modernización que exige casi dos horas de trámite por internet para los modestos concejales de un pueblo para solicitar un aval es un monumento a la necedad. Necedad cuyos efectos se verán en los comicios.