MAURICIO BOTERO MONTOYA | El Nuevo Siglo
Lunes, 27 de Enero de 2014

Otra época

“Más que una época de cambios, vivimos un cambio de época”

Más que una época de cambios lo que vivimos es un cambio de época, según los observadores de este tipo de nueva sensibilidad. Por ejemplo la guerra, la fortuna, el trabajo para mencionar aspectos cruciales, son sentidos por las nuevas generaciones de un modo bastante distinto. USA viene de retirarse de dos guerras y ha evitado el conflicto en Siria y en Irán. Estos países también se prudenciaron, por supuesto, pero en el caso de USA se nota una creciente preocupación por evitar la muerte de sus soldados utilizando drones, robots etc. Y eso conlleva a una nueva forma de pensar, y definirse ante un conflicto. La modernidad rechaza los imperativos nacionalistas agresivos, la violencia en todas sus formas es cuestionada. Los jóvenes no abrazan ideologías extremas, su forma de participación social se hace a través de nuevos canales. En cambio, en el siglo XX, el número de muertos en guerra superó nueve veces los ocurridos en los siglos anteriores, según los estudios de la U. de Harvard creados por Sorokin en su momento. Tomaba en cuenta el número de habitantes etc. Y concluía que la matanza de ese siglo había sido el peor de toda la historia humana.

En el caso de las grandes fortunas, Gates y Buffet han cedido la mayor parte de ellas impulsando la educación mundial. La codicia capitalista ha dado paso en estos casos al altruismo.  Y eso en esa magnitud, no se había visto antes. Pero la concentración de la propiedad es mayor. La familia ha cambiado en formas que nuestros padres no podrían aceptar ni imaginarse. La monogamia se ha convertido en un compromiso de corta duración. Y en realidad tiende a desaparecer.

Un destacado médico colombiano sostiene que existe inseguridad en torno a la salud. Los hospitales se han convertido en fuentes graves de infección. Se teme más una pandemia que una guerra. Y eso se nota en las películas sobre el fin del mundo. De modo que los centros de salud enferman… y el ahorro bancario puede empobrecer. Las instituciones se perciben como más endebles. El mundo mismo se ve como una nave contaminada flotando por el espacio. La noción ingenua de que sería fácil trastearse a vivir a otro planeta, que hacía parte de los inconscientes colectivos veinte años atrás, se ha esfumado. Las doscientas naciones que componen el globo se perciben como personas a las que se les debe pedir cuenta de su comportamiento. Aún si, la ONU todavía  no tiene modo de imponer normas universales. Pero cada vez hay un sentimiento común de unidad planetaria. Los jóvenes escriben mucho y, según parece, más de lo que leen. Esto también es un proceso enrevesado respecto al pasado.  Con la red, lo próximo está lejano. En fin más que una época de cambios, vivimos un cambio de época.