Semanay la pausa
La revista Semana ha sufrido un revés en su capacidad de diagnóstico. Sacó carátula mostrando la imposibilidad de un acuerdo entre Santos y Uribe, que justo está a la orden del día. Luego dedicó otra carátula destacando intimidades de la familia de Ingrid Betancourt, debieron pensar que es un grave asunto de importancia colectiva. Sus pifias son un síntoma del enredo en el que están casi todos los medios de información. La historia de Colombia se detuvo, está detenida, en los acuerdos trascendentales de La Habana. Y la alharaca de la inmediatez de la que tantos medios se nutren no coincide con el guion de la historia que irrumpe. Hay pues una pausa. Hacía mucho rato que la coloquial política interna no tenía ese carácter creativo de historia en obra negra.
Y por si fuera poco, Cuba le ha dado un esquinazo a Venezuela. Tras un año de negociaciones de Cuba con Washington, tres días antes de que se hicieran públicas las negociaciones secretas, el delegado personal de Castro se presentó en Caracas ante el ministro de Hacienda de Venezuela y le exigió que le pagara inmediatamente una elevada suma pendiente. El ministro irritado por la premura le respondió que ellos ya les habían dado varios miles de millones en los últimos años. Tres días después entendieron el afán…
Y como ocurre en la diplomacia, la fachada se salva con buenas maneras pero la dura necesidad dicta el rumbo. Venezuela ya no es la tabla de salvación de Castro, pero en cambio sí lo es Estados Unido. El puntal de desarrollo de la isla se ha concentrado en el puerto de Matanzas cuyo funcionamiento está supeditado a que los barcos tras-panamá, no sean disuadidos a atracar allí por una acción estadounidense.En suma las Farc están hospedadas en una isla que flota. Y Cuba no los aceptaría mañana como huéspedes si eso supusiese un veto internacional de fallar las negociaciones de esa guerrilla. Hay pues otro factor de la real politik a favor de la paz colombiana.
El mundo ha dado un salto triple en los últimos tres meses y el que no esté atento y lo siga juzgando con la óptica de la guerra fría, se va a quedar en babia. De dientes para fuera, por ejemplo, Venezuela apoya que se levante la censura de exportar petróleo a Irán. Pero el efecto de ello será la caída aún más drástica de los precios del petróleo por sobreoferta. Y aquí en el país las noticias giran en torno del paro nacional de maestros que son una temible caja de resonancia contra el Gobierno como se notó en las encuestas. Pero igual la oposición uribista no está en condiciones de ganarse ese apoyo ya que en su doble administración el país recibió la peor calificación de calidad educativa de América, junto con Perú en la célebre evaluación Pisa.
No hay terreno propicio para los extremos, les falta espacio, no tienen aire. De ahí que el expresidente contra el parecer de las senadoras más exaltadas de su grupo esté tratando de no ser del todo ignorado en este raro momento histórico.