EE.UU. y el espionaje
La revelación del espionaje estadinense a la Red mundial de Internet es un golpe desmoralizador a su liderazgo. Los usuarios del planeta entero se sienten agredidos en su derecho a la intimidad. La razón de Estado alegada en favor de la seguridad nacional no convence a los millones de inocentes cuyas conversaciones, chats, correos, han sido intervenidos. Y la disculpa dada por Obama, que la intimidad se preservaría para los ciudadanos estadinenses, deja expósito a todo el resto de la humanidad…
Ya no es el racismo pro blanco contra negros, sino la discriminación de un nacionalismo contra el resto de los habitantes del planeta. La disculpa de Obama es la refrendación de una discriminación entre los no estadinenses y ellos mismos. Con razón lo están llamando George W. Obama. No pudo reversar la política pentagonista de su predecesor. Este es el momento en que todavía no ha podido cerrar la prisión extraterritorial de Guantánamo en la que mantienen encerrados, sin sentencia previa, a prisioneros extranjeros por un tiempo indefinido y violando la propia sentencia de la Corte Suprema estadinense. Eso es la caricatura de un liderazgo de la potencia que prometió al mundo ser la alternativa al fascismo y al comunismo.
Con Bush, Washington perdió de una forma evidente al resto del continente. Perdió su liderazgo, esa virtud que señala un destino, da un sentido, un propósito. Uno no puede, aunque quisiera, confiar en un gobierno que desconfía de todo el mundo. Algo temible debe existir en su política y es posible que su paranoia sea justa. Si el que nada debe nada teme, ese gobierno está sacrificando la libertad personal en aras de una seguridad policiva.
Washington tiene ya los medios tecnológicos para observar a los humanos como lo hace un entomólogo con los insectos. Pero lo que sí ha perdido es el don de liderar la colmena. Eventualmente los gobiernos que defiendan el derecho a la intimidad de sus propios ciudadanos ejercerán medidas contra este atropello. Atropello hecho evidente con Wikileaks, y ahora por el exfuncionario de la CIA, que quizás busque asilo en Rusia tras denunciar ese abuso de confianza contra la comunidad mundial. Por lo demás Assange, asilado por Ecuador en su embajada en Londres, le aconsejó al nuevo denunciante que se asilara más bien en América Latina por cuanto aquí ¡estamos empezando a respetar los derechos humanos!
Vivir para ver el enfrentamiento entre China que ve a esos derechos como una innecesaria trivialidad y Estados Unidos para el cual esos derechos solo cobijan a sus conciudadanos. Y que no nos oigan.