Desde que se empezaron a tomar las primeras decisiones de los gobernantes para enfrentar la pandemia, expertos, políticos y analistas de medios de comunicación han propuesto un sinnúmero de medidas para suavizar la profunda crisis económica y social en la que nos está dejando. En el entramado de opciones en Colombia hay algunas peligrosas, como las del aumento desbordado de la deuda pública, otras muy costosas e imposibles de pagar como la de la renta básica universal, y algunas que solo generarían más desempleo y pobreza como la de reformas tributarias que aumenten impuestos especialmente a las empresas.
En el debate público colombiano son muy escasas las voces que han hablado de mayor libertad económica. Esta receta se ha convertido en la fórmula de éxito de muchos países que hace unas décadas estaban en posiciones más difíciles que las actuales en Colombia y hoy gozan de altos estándares de calidad de vida, reducción de la pobreza, generación de riqueza y progreso en general. Uno de los casos que vale la pena estudiar a profundidad es el de Irlanda y en la próxima columna les contaré esa historia.
Desde el tanque de pensamiento y acción Libertank definimos la libertad económica como la posibilidad que tiene un ser humano de producir, intercambiar y consumir cualquier bien o servicio de forma responsable, consciente, pacífica y sin restricciones injustas, dejando que otros hagan lo mismo y pudiendo cooperar y comerciar con los demás voluntariamente, sobre la base del respeto por la vida, la propiedad y la dignidad de las personas, el cumplimiento de los contratos, la justicia imparcial, la igualdad ante la ley, la creatividad humana y la empresa privada.
Según el Índice de Libertad Económica de 2020, publicado por la Heritage Foundation de Estados Unidos, los países con mayor libertad económica en el mundo como Singapur, Hong Kong, Nueva Zelanda, Australia, Suiza e Irlanda tienen mejor calidad de vida (su índice de desarrollo humano es de 0.934); son más responsables con el medio ambiente (tienen el puntaje más alto en el índice de responsabilidad ambiental); tienen las menores tasas de pobreza; y el mayor PIB per cápita.
Colombia ocupa el puesto 45º entre 180 países en el mundo, el 4º en América y el 2º en América Latina, en ese mismo índice. Es considerado como moderadamente libre, y tiene enormes retos en materia de respeto a la propiedad privada, eficiencia de la justicia y carga fiscal. En esta última materia, mientras en Singapur la tasa tributaria total de las empresas es de 21%, en Chile es del 34%, en Colombia del 71.2%. Esta tasa tributaria impide la generación masiva de empleo y riqueza que se traduce en bienestar para todos los colombianos.
Algunos insisten sin evidencia que hablar de disminuir los impuestos a las empresas solo sirve para liberar algo de caja de los empresarios, no pueden estar más equivocados. Una menor carga impositiva a las empresas significa más libertad económica, y esto significa menos pobreza y más equidad.