Los retos del 2014
“Educación y fortalecimiento del aparato productivo, vías para reducir pobreza”
Son muchos los retos en materia de política para este año. Y es que todavía están en el tintero la reforma a la salud, aún n discusión; la reforma a la justicia que quedó en el fallido intento de 2012 y urge que sea retomada; una reforma al sistema pensional, ante la evidente insostenibilidad del mismo; y el fortalecimiento del sistema de ciencia, tecnología e innovación, que aún no marcha como debería, aportando significativamente al desarrollo del país.
El Gobierno todavía está en deuda con el país en cuanto a la construcción de una política industrial y agropecuaria de largo plazo, en la que he insistido en repetidas ocasiones por su importancia para lograr el fortalecimiento del aparato productivo, y con este la mayor dinámica de la economía y sobre todo la generación de empleo.
Para el 2014 también se encuentra el reto de la nueva política de educación superior que servirá para definir los lineamientos de la reforma a la Ley 30 y que, según la Ministra, será presentada en el primer semestre del año.
En especial, estas dos políticas relacionadas con la educación y el fortalecimiento del aparato productivo como principal generador de empleo, junto con estrategias y programas que promuevan el emprendimiento, son fundamentales para lograr una meta que debe plantearse el país como uno de sus mayores retos y que es la reducción significativa de la pobreza y la ampliación de la clase media colombiana.
Y es que para aumentar el bienestar de los colombianos es necesario que aumente la calidad de sus ingresos, y esto solo es posible con una educación de mayor nivel y calidad que le permita a la población ser más competitiva y productiva, y aplicar sus potencialidades y habilidades al sistema productivo. Además, tener una industria y un sector agrícola más fuerte va a permitir la contratación de personal cada vez más capacitado que pueda producir los bienes con alta demanda a nivel nacional e internacional, y por lo tanto la generación de ingresos más elevados y salarios dignos.
Según un reciente estudio sobre Movilidad social en Colombia, dirigido por Alejandro Gaviria en el 2012, solo el 23% de la población en Colombia pertenece a la clase media, mientras que en Chile este porcentaje es del 53%, y en México es de 41,9%. Entonces, aunque la clase media en Colombia se ha duplicado en la última década, su tamaño todavía es incipiente si se compara con algunos de los países de la región.
Que más colombianos hagan parte de la clase media reduce también la dependencia de una parte importante de la población a un salario mínimo, pues aunque se han hecho esfuerzos para que sea acordado entre los gremios, los trabajadores y el Gobierno, generalmente el aumento anual no es suficiente para suplir las necesidades crecientes de los colombianos y sobre todo de los más pobres, que mantienen a sus familias con un salario mínimo.
Seguramente me quedan por fuera muchos de los retos para este año, pero lo importante es que se mantenga claro el rumbo que debe seguir el país con el fin de construir e implementar las políticas más adecuadas y avanzar así en el camino del desarrollo y la paz.