Lo que preocupa a la industria
A pesar del leve crecimiento de la industria en junio (0,2%) según las cifras del DANE, en agosto nuevamente decreció, esta vez en un 3,9%, recuperando su tendencia a la baja. Por un lado, este resultado sigue controvirtiendo el crecimiento del PIB industrial en el segundo trimestre de 2013 (1,2%), hecho que causó sorpresa entre los analistas, y que sin duda se debió en buena medida al comportamiento favorable del sector cafetero, que tuvo un impacto positivo sobre el eslabón industrial de la cadena, relacionado con la elaboración de productos de café. No obstante, los informes mensuales del DANE continúan reflejando el mal momento por el que pasa el sector manufacturero y la crisis por la que atraviesan varios de sus subsectores. En lo corrido del año, por ejemplo, destacan la caída de ramas como la industria de vehículos; minerales no metálicos; confecciones; papel, cartón y sus productos; e hierro y acero.
Ante esta situación, la respuesta del Gobierno sigue siendo la misma: medidas para apagar los incendios, en vez de políticas estructurales. Así, esta semana el ministro de Hacienda anunció un paquete de medidas dirigidas al sector automotor, uno de los más golpeados, con el fin de reactivar su producción, en especial de autopartes.
El empleo en el sector manufacturero también constituye una preocupación, porque la industria sigue destruyéndolo. En agosto, el personal ocupado en dicho sector disminuyó 3,1%, y en lo corrido del año acumula una reducción de 2,1%. Sumado a esto, los empresarios están mostrando un sentimiento negativo sobre lo que se avecina para el país, de acuerdo con un estudio de Invamer Gallup. En su opinión, este año la economía crecerá aproximadamente 3,5%, mientras que el Gobierno pronostica un crecimiento por encima de 4%.
Una de las conclusiones importantes de este estudio es que a pesar de que el entorno macroeconómico es muy bueno en este momento, preocupan la incertidumbre en materia económica, sobre todo a escala internacional, al existir una amplia posibilidad de que los precios internacionales de los productos básicos caigan. De aquí la importancia del fortalecimiento de la industria, y el aumento de la producción de bienes con mayor valor agregado, con el fin de reducir la dependencia de los bienes primarios y aumentar exportaciones no tradicionales.
Algunas preocupaciones en el ámbito político son: el futuro de las negociaciones con las Farc, ante las cuales no hay muchas expectativas; la incapacidad que ha reflejado el Gobierno actual para resolver problemas; y la época electoral que se avecina, que contribuye al entorno de incertidumbre. De igual forma, a los empresarios los inquieta el débil funcionamiento de las locomotoras, ya que las relacionadas con la infraestructura, la minería, el agro y la innovación muestran serias falencias.
Es necesario que el Gobierno envíe mensajes claros sobre cada uno de estos temas en el ámbito político, con el fin de mantener la calma entre los productores colombianos y no dejar caer la inversión y el empleo. También es fundamental que muestre su capacidad de gobernabilidad, y sobre todo su apoyo y compromiso con el fortalecimiento del aparato productivo, pieza clave del desarrollo.