MARTA LUCÍA RAMÍREZ* | El Nuevo Siglo
Martes, 1 de Octubre de 2013

Se reduce el superávit

 

Una  de las ventajas de tener una economía abierta y de firmar acuerdos comerciales con países estratégicos sería la ampliación del mercado para los bienes en los cuales Colombia hubiese desarrollado ventajas competitivas.  No obstante, el país no ha tenido políticas de Estado para la preparación adecuada de su aparato productivo y poder así aprovechar las ventajas de la apertura económica y la mayor dinámica de la globalización. Lo ideal sería que tuviéramos una verdadera estrategia para aumentar las ventas al exterior de productos no tradicionales y con mayor valor agregado.  

En los últimos meses el superávit de la balanza comercial con Estados Unidos se ha ido reduciendo, es decir, que las compras que está haciendo Colombia a ese país están creciendo más aceleradamente que sus ventas, lo que muestra que no se están aprovechando todas las ventajas de entrar al mercado estadounidense por ausencia de una politica industrial y una politica agroindustrial moderna y competitva y que, en cambio, EE.UU. sí está sacando un mayor beneficio del mercado colombiano.

La balanza comercial bilateral alcanzó un comportamiento favorable desde 2008, logrando un máximo de 8.991 millones de dólares en 2011. No obstante, en 2012 se redujo el superávit comercial, el 2013 comenzó con déficit (el saldo de la balanza comercial con Estados Unidos fue de -58,4 millones de dólares) y en lo corrido del año hasta julio el superávit se ha disminuido en un 54,3% con respecto al mismo período de 2012, pasando de 5.478 millones de dólares a 2.502 millones de dólares. Si observamos el comportamiento del flujo comercial es posible ver que desde mayo de 2012 las importaciones de Colombia desde EE.UU. han empezado a crecer, mes a mes, a tasas superiores a las de las exportaciones. De hecho, desde agosto del año anterior, las exportaciones han mostrado tasas de crecimiento negativas, es decir, que se han reducido, mientras que las importaciones han aumentando; en julio de este año, las ventas hacia el país norteamericano disminuyeron un 8,4%, mientras que las compras se incrementaron en un 13,7%. De seguir este comportamiento, probablemente en pocos meses entraremos en un período de déficit comercial con Estados Unidos.

En buena medida, la reducción del superávit ha tenido su origen en la volatilidad de los precios del petróleo y el carbón, a lo que se suma que mientras nuestras exportaciones siguen siendo en su mayoría productos tradicionales como piedras preciosas, flores y café; lo que compramos a EE.UU., además de bienes del sector minero-energético, son productos del sector químico y farmacéutico, plásticos, vehículos, maquinaria y aparatos eléctricos, entre otros bienes que además de tener un alto valor agregado, no presentan variaciones significativas en sus precios.

Es fundamental comenzar el proceso de fortalecimiento del aparato industrial, agrícola y agroindustrial, con el fin de que pueda haber un aprovechamiento real del libre comercio y de los tratados firmados (recientemente con Panamá y pronto con la Alianza del Pacífico e Israel). Una vez vigente el TLC con Estados Unidos es necesario sacar provecho de sus oportunidades, con la diversificación de las exportaciones y la conquista de nuevos mercados, y no solo dejar que este país obtenga ganancias de entrar a nuestro mercado, como lo estamos viendo con la reducción del superávit comercial.

*Con apoyo de Angélica Giraldo