MARTA LUCÍA RAMÍREZ* | El Nuevo Siglo
Martes, 10 de Septiembre de 2013

No avanzar es retroceder

 

Este año Colombia se mantuvo en el puesto 69 entre las 148 economías tenidas en cuenta por el Índice Mundial de Competitividad. Sigue estancada en este aspecto.  

Los países que continúan liderando este tema en el mundo son Suiza, primer lugar, seguida por Singapur y Finlandia. Estas economías conservan los primeros lugares gracias a que cuentan con unas instituciones eficientes y transparentes, y a que tienen una alta capacidad para innovar, lo que implica que pueden generar un elevado volumen de ideas que son trasladadas al mercado de manera rápida. En estos aspectos Colombia aún tiene grandes fallas.

En el pilar de instituciones, evaluado por el Índice, Colombia se ubicó en el puesto 110 (después de ocupar el 109 el año anterior), debido a problemas que aquejan al país desde hace bastante tiempo. Así, las dificultades en cuanto a corrupción saltan a la vista con el hecho de ocupar los puestos 129 y 125 en aspectos como desvío de fondos públicos y confianza en los políticos. El Índice también refleja problemas derivados del conflicto interno, ya que estos han aumentado los costos de hacer negocios.

Asimismo, el país se encuentra rezagado en salud y educación primaria (puesto 98), e infraestructura (puesto 92). En estos dos pilares la calidad resulta siendo determinante, ya que mientras se ha avanzado en términos de cobertura en salud y educación, todavía hay mucho trabajo por hacer en calidad, con el fin de contar con una población sana y con habilidades desarrolladas desde la infancia, que permitan incrementar oportunidades, productividad y competitividad. La infraestructura también se raja en calidad, y continúa siendo uno de los talones de Aquiles del país. 

No se pueden dejar de lado los pilares de preparación tecnológica e innovación, en los que Colombia perdió posiciones ubicándose en los puestos 87 y 74, después de estar en los lugares 80 y 70 respetivamente en 2012. En estos aspectos el país está mostrando retrocesos. Y no es para menos, cuando la innovación, uno de los sectores estratégicos de este gobierno, ha tenido un sinnúmero de problemas para comenzar su funcionamiento, entre las dificultades normativas que los departamentos han encontrado para hacer uso de las regalías destinadas para dicho fin. Mientras tanto, algunos de los países de la región que llevan el liderazgo en competitividad, demuestran buen comportamiento en innovación, como lo son Costa Rica, Panamá, Chile y Brasil.

Los indicadores mundiales son una herramienta útil en la medida que nos permiten compararnos con otros países, y mirar qué caminos han tomado quienes nos llevan ventaja, y en qué estamos fallando. Esta vez los países desarrollados nos están mostrando que no solo el entorno macroeconómico, en lo que obtuvimos buenos resultados, es lo importante, pues los aspectos estructurales también son fundamentales. Así, resulta claro que constituir una institucionalidad fuerte, fortalecer dinámicas de innovación, promover la produccion de bienes y servicios con valor agregado que compitan en el mercado inernacional y superar los problemas en términos de salud, educación e infraestructura, son aspectos indispensables para aumentar los niveles de productividad y competitividad. Llama la atención el poco impacto de la noticia de nuestro estancamiento en la prensa nacional. En Chile, por el contario, es un tema que ocupó las primeras páginas y varios frascos de tinta. ¿Habría sido igual si la Administración Santos hubiera aumentado siquiera dos o tres puntos?

*Con el apoyo de Angélica Giraldo