Una oportunidad abierta para Colombia
Dentro de la gran agenda comercial que se ha venido desarrollado por el Gobierno colombiano, el Tratado de Libre Comercio entre Colombia e Israel ya está avanzando. Dicho acuerdo comenzó a negociarse en marzo de 2012; ambos países acordaron estudiar los capítulos relacionados al Acceso a Mercados, Reglas de Origen y Aduanas, Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC), Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF), Defensa Comercial, Servicios e Inversión, Compras Oficiales, Asuntos Legales e Institucionales, y Cooperación.A finales del mes de noviembre del 2012 finalizó la cuarta ronda de negociación. Se espera continuar con la negociación comercial entre el 8 y 11 de abril de 2013, donde la idea es culminar con la reducción de tarifas arancelarias, la creación de un marco regulatorio para la estabilidad de los contratos, y el aumento de las actividades de cooperación. Como se puede ver, por ahora, la negociación marcha a buen ritmo.
El flujo comercial entre estas dos economías se ha acelerado en los últimos años; para el 2011 las ventas externas de Colombia a Israel alcanzaron US$ 672.387 miles, frente a US$ 274.378 miles del período anterior, lo que representa tasas de crecimiento de 145%. Sin embargo, este crecimiento se concentra en la preponderancia de productos primarios, especialmente hullas y carbón, minerales para combustible, donde los productos agrícolas tienen una menor participación, café (1,51%) y azúcar (0.96%), entre otros. Mientras que en las ventas de Israel existe concentración en productos manufacturados con alto nivel de innovación en diferentes sectores. Israel cuenta con un apoyo decidido a su sector industrial, lo que ha contribuido a su rápido desarrollo.
Ahora bien, las importaciones de productos desde Israel para el 2011 correspondieron a US$ 147.963 miles, frente a US$ 268.429 miles del período anterior, mostrando una caída de 44,9%. A diferencia de la concentración en las ventas externas, las compras externas son bienes cuya producción nacional es escasa o nula y que en su mayoría sirve de base para la elaboración de artículos de base industrial y manufacturera. Es claro que se mantiene una balanza bilateral superavitaria a favor de Colombia, situación que se ha vivido los últimos años a excepción del 2009, cuyo saldo comercial fue de -US$ 41.910 miles.
Un tratado con Israel sería exitoso, si se logran establecer los requisitos necesarios para generar complementariedades entre ambas economías, entre estas una mayor transferencia tecnológica y de conocimiento que permita el perfeccionamiento de las industrias nacionales. Compensar las asimetrías estructurales que existen entre los países y garantizar la competencia justa debe ser un objetivo de la negociación, por ello en los tratados no se deberían incluir desgravaciones inmediatas a productos manufacturados con beneficios, subsidios o tarifas preferenciales, o cualquier otro elemento que distorsione el mercado.
Es vital entender que una economía con un desarrollo productivo e industrial robusto podrá generar de manera sostenida el crecimiento, los empleos, la innovación y las exportaciones que se esperan para Colombia. La oportunidad de renovar, diversificar e impulsar la industria nacional es ¡ahora! Colombia debe alcanzar una base productiva de nueva generación, competitiva a escala internacional que permita aprovechar la actual agenda comercial.
*Vocera de la Coalición para la Promoción de la Industria Colombiana