María Clara Ospina | El Nuevo Siglo
Miércoles, 25 de Noviembre de 2015

“Todo criminal busca una justificación que lo redima”

HILANDO FINO

Dinero ensangrentado

 

Legalizar el dinero del narcotráfico obtenido por las Farc, su actividad más lucrativa, o del secuestro, extorsión u otras actividades, igualmente sucias y criminales, es inmoral, yo diría obsceno, pero sobre todo es altamente riesgoso para el futuro de Colombia.

 

Con dicha legalización se crea un antecedente peligrosísimo que, tarde o temprano, otros terroristas emplearán para enriquecerse y financiar sus acciones con la certeza de que más tarde, cuando tengan que presentarse ante la ley, podrán justificar sus crímenes y sus ganancias como lo lograron las Farc.

 

Ese dinero es, y será siempre, “dinero ensangrentado”, que, no solo proviene de actividades ilegales y criminales, sino que también ha servido para cometerlas.

 

Con las armas compradas con ese dinero, las Farc mataron a miles de colombianos, arruinaron sus vidas, destruyeron sus viviendas y propiedades, minaron la infraestructura del país, planearon y ejecutaron toda clase de atentados, tan horrendos como la bomba del Club el Nogal y sus desatinos contra el medio ambiente.

 

Sin embargo, como parte de las conversaciones de paz en La Habana, los negociadores pretenden que ese dinero, de alguna manera, se convierta en legal. En otras palabras, una de las exigencias de las Farc para firmar el acuerdo es que les laven su “dinero ensangrentado”.

 

Como dijo el jefe narcogerrillero, Iván Márquez, al diario español, El País, (20/11/15),  respondiendo a una pregunta sobre la participación de las Farc en el tráfico de cocaína: “si tenemos algún tipo de relación, sobre todo con el cobro de impuestos, ha sido en función de la rebelión”. Así que ahora las Farc llaman al narcotráfico, “cobro de impuestos”. Como al secuestro lo llaman “retención”.  Este es el nuevo léxico, que debemos aprender, acuñado por las Farc para su beneficio y la burla de los colombianos.

 

Luego, cínicamente, Márquez continua diciendo que era su derecho rebelarse: “(…)  contra regímenes tiránicos”. ¿Cuáles regímenes tiránicos? ¿A qué país se refiere este malabarista de las mentiras? Colombia es y ha sido una democracia durante los más de 60 años que ellos han ejercido su criminal guerra. Imperfecta, como son todas las democracias, pero dispuesta a mantener los principios de libertad y orden de la nación.

 

Me pregunto, ¿quién nombró a los asesinos de las Farc como redentores de Colombia? Siempre me duele pensar cuanto se hubiera podido hacer en infraestructura, rutas, puentes, túneles, hospitales, escuelas si no hubiéramos tenido que emplear tanto dinero y energía en combatir el narcoterrorismo de los grupos armados y en reparar toda la destrucción y miseria creada por ellos.

 

La frase que usa Márquez para justificarse, “la rebelión es un derecho”, es semejante a la que usan los criminales del Estado Islámico, Isis, para racionalizar sus crímenes. Porque la verdad es que todo criminal busca una justificación que lo redima, así esta sea totalmente falsa.

 

Para Isis es la lucha contra los “régimen tiranos de Occidente”. Ellos también se han auto-declarado redentores. Ellos también se financian con “dinero ensangrentado”, obtenido de tráfico de drogas, secuestros, extorsiones y contrabando, inclusive de la venta de los tesoros arqueológicos de los lugares bajo su dominio.

 

La verdad es que todos los terroristas son iguales, en todas partes, todos se benefician de dineros ensangrentados. Limpiar esos dineros de las Farc es un error fatal que mucho nos ha de costar.