HILANDO FINO
Como para serie de televisión
Les propongo a las cadenas de televisión hacer una serie sobre nuestros atletas más destacados, su niñez y adolescencia, sus aliados y enemigos, sus triunfos y derrotas. Les aseguro que tendría más interés y drama, y tanta, o más audiencia que todas esas series sobre narcos, capos y mafiosos que se han dedicado a producir. Porque los comienzos, esfuerzos y luchas de estos muchachos y muchachas, deslumbran y son un ejemplo interesante y valioso para todos, sobre todo la juventud.
Yo quisiera ver uno, o varios capítulos dedicados a cada uno de los muchachos de la Selección Colombia; otros, a nuestros ciclista destacados, aquellos que han dejado nuestra bandera en alto en Europa; otros, a los y las atletas que nos han dado medallas en los Olímpicos, en salto, atletismo, pesas, judo, cicla; a los triunfadores en los Panamericanos y en tantas otras competencias, donde los colores de Colombia han triunfado.
En fin, cómo me gustaría ver una serie con estos jóvenes que, con su tenacidad y esfuerzo, nos han traído tanta gloria y alegría y han mostrado una Colombia multirracial, alegre, luchadora y unida; tan diferente a la que exhiben esas otras series, conocidas internacionalmente, plagadas de narcos, violencia, odios, corrupción y división.
Lo más importante que nos queda de los recientes triunfos de nuestros atletas, es su valor, su incansable propósito, su energía y, sobre todo, su ejemplo. El cómo y el por qué llegaron a ser los triunfadores que son hoy. Algo que debe ser bien conocido, estudiado y analizado; en especial por los niños y jóvenes y por los gobernantes, quienes tienen el poder para hacer que estos triunfos se multipliquen para que sean muchos los James Rodríguez, los Nairos Quintana, las Catarine Ibargüen. Para que cada pueblo y cada barrio tengan uno, o muchos héroes.
Estos triunfadores son el producto de años de trabajo y entrenamiento, de esfuerzo personal y comunitario. Ahí está la clave. Estos jóvenes han contado con el apoyo, no solo de familiares, sino de sus comunidades, maestros, entrenadores locales, pequeños clubes que, con escasos recursos, han ayudado a descubrir y destacar a quienes tienen talento.
Es bello leer quién creyó en ellos; quién le regaló la primera bicicleta a Nairo, allá en su pueblo, Cómbita; quién llevó, cuando eran niños, a Cuadrado, Ospina o Yepes a los entrenamientos; quién pagó por los entrenadores, balones y uniformes de los clubes donde estos muchachos hicieron sus primeros pinitos.
Destacar también, qué negocios y compañías, grandes y pequeñas, los patrocinaron e invirtieron en ellos cuando nadie los conocía. Hoy, todos quieren tener su marca al lado de los triunfadores. Pero, aquellos que los apoyaron al comienzo, son de valorar.
Quisiera que los compradores de esas series, que son muchos en el mundo, conocieran más sobre nuestros atletas, sus familias y pueblos. Esta sería una excelente ventana hacia nuestra hermosa Colombia, la de destacar. Un país rico en talento, que se olvida de la guerra y mira hacia el futuro, depositando su esperanza en los jóvenes. Una orgullosa y valiosa Colombia.