MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 2 de Julio de 2014

¡Esto sí es dicha!

 

James Rodríguez y toda la Selección Colombia, sin exceptuar uno solo de sus integrantes, nos han llenado de dicha. Los colombianos estamos de fiesta, de gloria ¡esto es un carnaval! Algo que no sentíamos hace rato, algo que necesitábamos con urgencia.

Ese primer gol de James, en el partido contra Uruguay, fue magia, fue arte, pura y simple inspiración. Cuando la pelota acarició su corazón, al rozarle el pecho, y el joven comenzó un rápido y controlado giro para bajarla y colocarla con precisión en el arco, todos detuvimos la respiración y vimos anotar el más bello gol del Mundial.

Y, cuando digo todos, lo digo textualmente, porque no hay un solo aficionado a este deporte, sin importar su nacionalidad, edad, o sexo, que no haya quedado deslumbrado. Claro que el segundo gol de James en este partido, recibido de un cabezazo de otro grande de este equipo, Juan Guillermo Cuadrado, no se quedó atrás en belleza.

¿Cómo lo hace? ¿Cómo James logra tanto control, tanta calma, tanta precisión, tanto cerebro? Es disciplina, humildad, entrenamiento, pero sobre todo, una confianza en sí mismo arrolladora, indetenible. Esa confianza que hace triunfadores.

James nos deslumbra en este Mundial, mas es solo el comienzo de lo que veremos de este jugador. Con sus 22 años, aquí empieza su historia, que con seguridad nos llenará de Gloria, con mayúscula.

Y, Ospina, ¿qué decir de David “Salvador” Ospina? Otro para deslumbrar. ¡Qué manera de tapar! En la segunda parte del partido con Uruguay le tocó duro; por lo menos 5 bolas amenazantes se le trataron de meter a la malla. Y nuestro portero, (mi “primo”, como le dicen mis amigos) cumplió con creces.

Hay equipo, son coordinados, disciplinados y bondadosos entre ellos; son astutos, no se dejan intimidar, ni se dejan “sacar la piedra”. Porque vimos cómo los tratan de duro. Y será peor.  No faltarán los golpes y los insultos, el juego sucio; es una estrategia bien conocida para menguar a un equipo fuerte. ¡Calma, muchachos! Toda Colombia los respalda.

¡Qué entrenador! Llegó en el momento preciso, supo seleccionar y sacar el oro a sus jugadores. Los entiende, los conoce, como un artesano los moldea. “Profe, profe, profe”, gritan las barras cuando lo ven. Se ha ganado el respeto de su equipo, del público y de sus colegas. De pie aplaudimos y agradecemos a José Pékerman.

Once goles ha metido Colombia. El país más goleador de este Mundial. Vale la pena reconocer a cada uno de sus autores. Pablo Armero inauguró nuestra alegría, a los 6 minutos, con Grecia, luego siguió Teófilo Gutiérrez y más tarde el primero de James. Contra Costa de Marfil fueron James y Juan Fernando Quintero; y luego ocurrieron los 4 goles contra Japón, el primero del sin igual Cuadrado, dos de Jackson Martínez y otro de James; y continuamos de plácemes con los dos de James ante Uruguay.  

¡Esto si es dicha! Vamos por la derrota de Brasil el viernes 4. Pero, pase lo que pase, estos jugadores, inclusive el ausente Falcao,  ya tienen un lugar de honor en nuestro corazón. ¡Tenemos equipo para largo!