MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 22 de Enero de 2014

Historia conocida

 

Lo que está sucediendo en México con las llamadas autodefensas es para nosotros, los colombianos, una historia bien conocida. Grupos de autodefensa se han formado en casi todos los países donde han existido narcocarteles, guerrillas y narcoguerrillas, y donde los gobiernos han probado ser incapaces de defender a los ciudadanos y someter a los carteles y grupos de asesinos.

Por esta razón en Perú surgieron los grupos de defensa campesina,o “rondas campesinas contrasubversivas”, para proteger a los habitantes de los pueblos más apartados e indefensos, de los ataques y abusos que cometían  los guerrilleros de Sendero Luminoso.

Fue también la ausencia  de las fuerzas del gobierno, o su ineficacia, el motivo que empujó a campesinos y ganaderos colombianos a crear y apoyar a las “convivir”. Éstas degeneraron, con el tiempo, en los  temidos grupos paramilitares, tan sangrientos y destructivos como las narcoguerrillas, de las que pretendieron defender a sus pueblos.

Es así como ha comenzado la nefasta historia de las autodefensas en todas partes; pequeños grupos de indígenas o campesinos, acorralados por la violencia que viven en sus regiones, se agrupan y se arman, con azadones y machetes, para defender a sus familias y propiedades contra el terrorismo organizado. ¿Qué otra alternativa les queda, si las fuerza del gobierno  los han abandonado?

Entonces, la línea entre víctimas y asesinos se comienza a borrar. Los héroes, esos campesinos o indígenas honestos que tomaron las armas en su propia defensa, se van impregnando del odio, de la sangre, de la criminalidad de sus atacantes. Un muerto se venga con varios, una desaparición se multiplica, una tortura se replica con más torturas y crueldades, se duda del vecino, del amigo, del familiar, hay que matar y matar y, pronto, ya no hay diferencia entre unos y otros. Pronto nadie diferencia a los criminales  de aquellos que simplemente  pretendían defender a sus familias. Pronto los unos son tan violentos y salvajes como los otros.

Las autodefensas son otra mala, muy mala noticia para México, ya asediado por diferentes y poderosos carteles de narcotraficantes. Lo peor es que la respuesta del gobierno a este problema, que está creciendo por minutos, ha sido lenta, ineficiente y a todas luces corta. 

Las autodefensas mexicanas ya venían sonando de tiempo atrás, ¿por qué fueron ignoradas hasta ahora? Es urgente que se analice quien está detrás de ellas. Es urgente que el gobierno ponga toda su capacidad en detenerlas.

Lastimosamente, como están las cosas en México, creo que la situación escalará sin control, como ha estado pasando con los narcocarteles. Aun que hay que reconocer, que últimamente se han logrado algunas capturas de capos importantes.

El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto enfrenta a un monstruo de múltiples cabezas, todas igual de peligrosas. De continuar las cosas como van, México está abocado a una guerra, tan letal, o muchísimo peor que la que ha sufrido Colombia por décadas. Esta historia es para nosotros bien conocida.