MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 19 de Junio de 2013

Cerdos nadadores

 

Para  comenzar las vacaciones de verano voy a contarles sobre una isla; mejor aún, sobre una isla donde hay cerdos nadadores. Esto sucede en Mayor Spot, un cayo de las Exumas, un rosario de más de 360  islitas y cayos, parte de las Bahamas, al sureste de Nassau.

Cuando llegamos a dicho cayo, tres enormes cerdos color crema con manchas negras y otros completamente rosados, nadaron rápidamente hacia nuestro bote, sus hocicos alzados sobre el suave oleaje parecían pequeños periscopios de submarinos a punto de sumergirse y sus orejas erguidas, aletas de tiburón pegadas a sus cabezas. Los cerdos de este cayo se han acostumbrado a nadar hacia las embarcaciones para recibir comida de los visitantes; al tiempo con ellos se acercan mantarrayas, tiburones nodrizas y gaviotas, para disputar cualquier oferta comestible que caiga al mar. El alboroto que se forma alrededor de los botes es fenomenal y hay que tener cuidado de no ir a perder un dedo al ofrecer comida a estos hambrientos  comensales.

Allí llegamos desde Nassau, en una vieja avioneta de 7 pasajeros, cuyo primer intento de decolar debió ser abortado. Después de hacer cortas paradas para entregar mercados en otros cayos, finalmente nos dejó “botados” en una minipista en el Cayo Staniel.

Desde este cayo comenzamos nuestra exploración de las Exumas, sus bellos arrecifes coralinos, parques naturales, cuevas submarinas y playas de arena blanca y suave como harina, todo en medio de un mar perfectamente cristalino y unas noches tachonadas de estrellas, como las que se veían antes de que la polución y las luces las ocultaran a la vista de los pobladores urbanos.

Al lado de Cayo Staniel se encuentra la cueva Thunderball donde se filmó, en 1964, la película de James Bond, el agente 007, basada en el libro de Ian Fleming. A la cueva se entra nadando contra una fuerte corriente marina por debajo de un peñasco de coral, ¡bastante miedoso! Una vez adentro, el espectáculo es de maravilla: la gran cueva, iluminada por un amplio agujero en su cúpula, tiene un intenso color turquesa; en el fondo se observan hermosos corales, esponjas y  grandes peces de colores.

Dos especies endémicas de iguanas, ambas en peligro de extinción, habitan las Exumas; son de patas y buche rosados, pesan hasta 11 kilos y viven hasta 80 años.

En estas islas se ve mucho tiburón, sobre todo donde se limpia la pesca del día. En el Cayo Compass, decenas de tiburones nodrizas se acercan a la playa para recibir restos de pescado y dejarse acariciar la piel, carrasposa y gelatinosa; estos escualos se han acostumbrado al tacto humano, dicen que no son peligrosos, ¡dizque porque siempre están bien alimentados!

Hablando de alimentación, aquí se come caracol en todas sus formas.

Por las Exumas han pasado muchos colombianos, unos buenos, otros no tanto; el Cayo Norman’s perteneció al narcotraficante colombiano Carlos Ledher; allí se ven, sumergidos en el mar, los restos de uno de sus aviones, hoy convertido en arrecife artificial.