MARÍA ANDREA NIETO ROMERO | El Nuevo Siglo
Lunes, 3 de Diciembre de 2012

Preocupación

 

Hasta la fecha admito que me ha gustado la forma en que el presidente Santos gobierna. Yo no voté por él porque pensé que iba a parecerse a Uribe. Además, como Ministro de Defensa me indignaron los falsos positivos y en especial una frase que recuerdo muy bien y que en su momento critiqué y que la dijo después de la bomba que detonó en la Universidad Militar Nueva Granada, “hagamos de cuenta que aquí no pasó nada”. A pesar de que no hubo muertos, tampoco heridos y sí daños materiales, esa detonación contenía un mensaje que como casi siempre ocurre en este país, nunca se supo y sí se olvidó con rapidez.

Les decía que me gusta Santos, pero la semana pasada sentí preocupación cuando después de una reflexión  sobre su gobierno me hicieron caer en la cuenta acerca de la capacidad que tiene para cambiar de posición de un día para otro.

La tesis que me dieron es que Santos es auténticamente liberal y eso implica que puede hoy tener una posición, pero mañana considerar tener una contraria. Como diría él, “solo los idiotas no cambian de opinión” pero si bien uno tiene derecho a cambiar de parecer, sí resulta preocupante que un Presidente no defina unos valores y principios bajo los cuales en teoría debe encaminarse el rumbo de su gobierno.

Y aunque me duela decirlo, con el expresidente Uribe, uno sabía a qué atenerse, pero en cambio con Santos, hay un cierto grado de incertidumbre que se reflejó sin duna ninguna, en los resultados de la encuesta de la semana anterior.

Nada más sorprendente por poner un ejemplo reciente, que el silencio de Santos después de la reunión con el Alcalde Petro acerca del espinoso tema de las basuras. Gina Parody quedó totalmente desautorizada, Petro con el camino libre para hacer con el bendito tema lo que le venga en gana y la opinión pública sorprendida porque esperaba una posición de defensa del Presidente por los intereses de la ciudad.

Esta reflexión un poco aburridora para mi gusto, no significa que no esté de acuerdo con el gobierno, pero creo que hay que prestarle atención a aspectos muy delicados como, por ejemplo, cuáles son los sectores económicos que están jalonando la economía y que esa concentración productiva no vaya a terminar convirtiéndose en una pesadilla en los próximos años. El país debe consolidar la senda de su crecimiento económico, pero hacer un esfuerzo fundamental sobre todo en el desarrollo en sí mismo. Eso en teoría lo tiene claro el Presidente. En teoría ese es el rumbo. Ya veremos.