LUIS CARLOS PEÑA MOSQUERA | El Nuevo Siglo
Viernes, 17 de Octubre de 2014

Bienvenidos a la uribemanía

Estudios científicos de la doctora Stci Gruber, publicados en El Tiempo, indican “que la última parte del cerebro en formarse, es el córtex frontal, encargado de las funciones ejecutivas. Es la parte que nos permite controlar nuestros impulsos más primitivos y nuestra emocionalidad. Es el que maneja la capacidad de monitorear y cambiar de comportamiento cuando se requiere tomar decisiones; es el que se relaciona con el pensamiento abstracto, con la adquisición de reglas y la inhibición de conductas inapropiadas”.

Estos estudios científicos son útiles para encontrar el origen del fanatismo y admiración que tienen muchos colombianos por sus líderes, entre ellos por el  expresidente, hoy senador Álvaro Uribe, quien goza en la actualidad de unos pollitos y una palomita que lo siguen ciegamente tanto en pensamiento, acciones y omisiones, quienes fueron elegidos en un solo nido electoral. Ellos repiten lo que se les ordena, procurando salvar los huevitos que se dejaron en la primera reelección, sin hacer ningún análisis en las contradicciones del jefe supremo. No importa si son falacias o estrategias, para aspirar a una segunda reelección con carácter personal. Jamás tienen en cuenta el bien común.

Aquí lo válido es el bien particular en contravía de lo que pregonaba Tomás de Aquino, quien definía la ley como el “ordenamiento de la razón, encaminada hacia el bien común, promulgada por quien tiene a su cargo la comunidad”.  

Recordando sus discursos como Presidente de la República, podemos destacar a manera de ejemplo lo dicho en un consejo comunitario en Ibagué, criticaba a las Cortes aludiendo que “ellas en salones dorados, al calor de unos whiskis planeaban cambiar la Constitución, lo que era nocivo para una Colombia democrática”. Pero la realidad era otra, el presidente Uribe utilizó todos los medios para hacerse reelegir, obteniendo otros 4 años de gobierno, gracias a un artículo de la Constitución que fue reformado en su favor.

Durante el gobierno Santos se ha convertido en un palo en la rueda en todo proyecto o propuesta en beneficio de los colombianos. Todos los pollitos y una palomita repican sus sofismas. Uno de los sofismas actuales está el de oponerse al proceso de paz que se está llevando a cabo en La Habana.

Pero nada hay oculto bajo el sol, la verdad siempre sale a flote; hoy día los analistas de los hechos políticos han encontrado que el presidente Uribe sí negoció con los terroristas de las Farc durante su gobierno, lo que llevó a María Jimena Duzán a escribir un detallado artículo titulado “Memoria de Gallina”.

Por eso, cuando la palomita dice que el presidente Uribe quedará en la memoria de los colombianos como el mejor presidente que ha tenido Colombia, igual que Simón Bolívar, nos lleva a pensar que son solamente adicciones adquiridas desde la infancia, ya que las actuaciones y pensamientos del senador Uribe son como una gran dosis médica, que les prolonga su ánimo eufórico cada vez que llega a sus oídos una palabra uribista.