LUIS CARLOS PEÑA MOSQUERA | El Nuevo Siglo
Lunes, 22 de Julio de 2013

Caminos para la paz

 

Vivimos en un país en el que la inteligencia brilla en todas las clases sociales, desde el más rico hasta el más pobre, desde el ideólogo hasta el cuentero popular, desde el político astuto hasta el líder de barrio, desde el médico científico hasta el yerbatero popular, desde el jurista hasta el tinterillo de baranda… todos tienen ideas sobresalientes, todos bailan al son que les toquen.

Su sabiduría corre de voz en voz por todos los rincones de Colombia. Hay  brujos internacionales, a donde acuden crédulos para resolver inquietudes sentimentales, morales, políticas y financieras, recordemos  la crónica de Germán Castro Caicedo La Bruja.

En una época de nuestra historia surgieron unos ideólogos sabios que aprobaron un estatuto de la oposición, que hoy es rechazado o desconocido por los colombianos. A estos sabios se  les olvidó que la palabra oposición tiene varios significados ignominiosos en el lenguaje popular, algunos de ellos: “fuerza en los cuerpos legislativos que es contraria a los actos del gobierno u oficialismo”, “contrariedad o repugnancia de una cosa con otra”. Esta palabrita nunca será bien aceptada, jamás se podrá llevar a la práctica y menos aún en política.

Decía el exministro Horacio Serpa en un foro académico de la Universidad del Rosario: “en una ocasión convoqué a los parlamentarios de mi partido para hacer el ejercicio de la oposición, para manifestarle al Presidente que no estábamos de acuerdo con su intención de revocar al Congreso de la República; estos parlamentarios amigos apoyaron mi propuesta, pero a la vuelta de la esquina se reunieron con el Presidente al que le iban a declarar la oposición para pedirle lo que hoy se denomina mermelada”.

En las negociaciones de paz del Gobierno con las Farc en La Habana la Iglesia Católica reclama mayor celeridad, mientras el grupo guerrillero plantea reformas política y electoral.

El expresidente Uribe dice: “les aconsejaría a los precandidatos uribistas de llegar a la Presidencia no cancelar el proceso de paz, sino hacer una suspensión condicionada del diálogo”.

No hay puntos cardinales que marquen un camino claro para la paz. Para algunos los conceptos y opiniones son el ejercicio pleno de  las garantías constitucionales de una democracia, todos saben, todos ponen decía Antanas Mockus.

Infortunadamente los únicos con claridad en sus ideas son los guerrilleros. Ellos tienen un sólo propósito: la toma del poder. Se aprovechan de la nobleza de nuestro Presidente y de la opinión pública señalando muchas vías, pero sólo recorren un camino verdadero que es el sueño de llegar a la Casa de Nariño.

¿El presidente Santos, experto jugador de póker, tendrá alguna carta guardada? ¿O las Farc, jugadores de ajedrez, podrán dar jaque al Rey ?