¿Heroínas o víctimas?

Desde el comienzo de la humanidad la mujer ha sido una figura sobresaliente en la mitología, en el cristianismo, en la historia universal. Ella es creadora de sueños que han llevado a la victoria a muchos hombres ilustres.

Eva, nombre que significa vida, fue la primera mujer que Dios creó.   Inteligente y audaz para hacer feliz a su hombre Adán le compartió su precioso tesoro, sabía perfectamente que así multiplicaría las generaciones por los siglos de los siglos.

Conducta igual realizó Manuelita Sáenz entregándole su corazón a Simón Bolívar. Lo inspiró para convertirse en el Libertador de América.

La Gaitana, heroína indígena del siglo XVI, cacica de Timaná (Huila), lideró a los suyos contra los conquistadores españoles. Para vengar la muerte de su hijo quien fue quemado vivo por orden de Pedro de Añasco, logró vencerlo y sacándole los ojos lo arrastró por todos los pueblos hasta verlo morir.

Pero los tiempos van cambiando. No se pueden desconocer las bases culturales de la Nueva Granada en la que se daba legitimidad al castigo de la mujer; durante los siglos XVII, XVIII y comienzos del XIX el castigo se aceptaba como natural revistiéndose de moralidad. Cuando los esposos eran requeridos por la justicia reconocían sin ningún prejuicio haber golpeado a sus mujeres, se justificaban en los comportamientos de ellas y siempre negaban los excesos.

Hoy día aunque la mujer ha logrado obtener avances  académicos y sociales,  encontramos otra situación preocupante y es la que se denomina “trata de personas”. Diariamente vemos la desaparición de menores de edad, que son engañadas y llevadas a otros países para ser explotadas sexualmente. 

Afortunadamente aparece la figura insigne de Claudia Marcela Loaiza que después de haber sido atrapada por la mafia yakuza en el Japón, logró   retornar a Colombia salvándose de las manos criminales.

Con su libro Lo que fui y lo que soy y dictando conferencias en todo el país, ha querido transmitir una lección de vida para alertar a las mujeres sobre la trata de personas y el mundo de la prostitución.

Bajo su iniciativa encontró eco en el ministro del Interior, Fernando Carrillo Flórez, y en Naciones Unidas, quienes firmaron un convenio por $ 1.847 millones, que permitirá poner en marcha  estrategias de investigación y judicialización contra el delito de trata de personas, así como el apoyo y fortalecimiento de las acciones emprendidas por los 32 Consejos de Seguridad y los Comités de Orden Público en el país.