Los delincuentes cibernéticos están cada vez más afilados. En tecnología todo evoluciona, hasta los ataques para bloquear o robar información. El nivel de sofisticación llegó a tal punto que hoy, con solo abrir un PDF adjunto le pueden extraer información confidencial del computador de su empresa. Estos riesgos se multiplican por cinco para los colocadores que trabajan desde sus casas.
Las cifras son alarmantes. De acuerdo con el afilado informe, El panorama de Amenazas en América Latina 2021 de Kaspersky, hubo un aumento del 24% en ciberataques en la región durante los primeros ocho meses del año, en comparación con el mismo periodo en 2020. El informe toma en cuenta los 20 programas maliciosos más populares, los cuales representan más de 30 millones de intentos de infección en Colombia.
Una de las conclusiones más preocupantes del informe es que, en relación al entorno corporativo indica que las empresas no migraron de manera segura al trabajo remoto. Para la mayoría de las empresas, la tecnología de acceso a distancia requerida para el Home Office no está protegida, dejando a las empresas expuestas a ciberamenazas. Y lo interesante del caso es que, entre más grande la empresa menos atención le prestan al tema de la ciberdelincuencia.
¿Qué es lo que pasa entre la casa y la oficina? El tema se vuelve complejo porque en una oficina tradicional, los empleados se conectan a una red que está controlada por la organización. Es una red fija completamente destinada a la productividad. En la casa, la conexión es abierta y contratada por el propio colaborador. Eso sin contar que, en el hogar existen menos restricciones de seguridad a la hora de navegar.
En otras palabras, en la casa, de acuerdo con los recientes estudios, los empleados estamos cada vez más confiados en que esos ciberataques son una cuestión lejana. Por allá de ‘la Matrix’. Sumado a que, la tendencia también es a visitar portales dedicados al entretenimiento desde el computador del trabajo. Un coctel peligroso con los siguientes ingredientes: exceso de confianzas de empleados y empleadores, mínimas medidas de seguridad y unos delincuentes cada vez más sofisticados en los ataques.
La primera medida de protección debe llegar de la empresa. Deben existir políticas claras y estrictas para proteger la información confidencial de las organizaciones. Pero también debe existir un trabajo en el factor humano. Los colaboradores deben tener en cuenta los riesgos y sobre todo los costos que puede traer el robo de información de la empresa. De hecho, existen seguros que protegen a las compañías en caso de un ciberataque.
Es necesario ‘tropicalizar’ el mensaje. Los que trabajamos todos los días en esto de la tecnología debemos hacer el esfuerzo de bajarnos del altar y hablar más clarito sobre ciberseguridad. Y los empleados también tienen la tarea de entender que un ataque cibernético es igual a cualquier otro tipo de robo: le puede pasar a cualquiera, en cualquier momento y sobre todo que son muy dolorosos para el bolsillo.