La juventud es el presente y futuro de nuestro país, ellos son los llamados a construir su propio camino. Hemos sido los mayores quienes hemos forjado nación, para bien o para mal se ha edificado a Colombia, con aciertos y errores. A inicios de la década del 50 nuestra población era de 11.500.000 habitantes, hoy 70 años después se ha quintuplicado, pero la construcción la hemos dado aquellos que fuimos jóvenes décadas atrás.
En nuestra época los jóvenes no participaban más que los mayores, pero nos fuimos forjando haciendo camino al andar. Luchamos, propusimos, trabajamos y aportamos. En la actualidad la juventud busca protagonismo, inclusión en los asuntos de país. De hecho, grandes innovaciones a nivel mundial y de Colombia están siendo aplicadas por la juventud.
En esta evolución hay que entender que la vida se construye es dando, aportando y esforzándose, de ahí que no es con tambores ni piedras que se edifica un futuro y se pide participación, tampoco es con destrucción, anarquía, irrespeto y violencia, ni mucho menos estirando la mano para pedir, sino ofreciéndola para dar. El país se construye con ideas, con pujanza, con trabajo y ahí es cuando la juventud debe aprovechar las buenas oportunidades que la vida está ofreciendo.
Por lo pronto en la participación política se expidió la Ley 1622 de 2013, en la que se crean los Consejos de Juventud que son mecanismos de participación, concertación, vigilancia e interlocución de los jóvenes ante la institucionalidad de los entes territoriales. Serán unos cuerpos que se constituirán por elección popular el próximo 28 de noviembre de 2021, en la cual jóvenes entre los 14 a 28 años que se hayan inscrito a nombre de los Partidos Políticos con personería jurídica o por grupos de jóvenes conformados, que presenten una lista para tal fin.
Esta experiencia política participativa para algunos, animará a los jóvenes a la vida pública activa, ofreciéndoles experiencia y conocimiento en el manejo electoral y funcionamiento de la cosa pública. Les dará empoderamiento y vocería, saliendo de ahí los futuros políticos de manera fresca, con la esperanza que sin los vicios que ellos mismos critican y censuran, con proyección, transparencia y desarrollo para el país.
Esta es una gran oportunidad y motivación para que la juventud se anime y empodere de la nación, pues finalmente son ellos y para ellos los beneficios. Sus expectativas de vida son mucho mayores que las nuestras, de ahí el llamado para aprovechar estos mecanismos participativos. Aquellos que se inicien en la actividad política, que de por sí es una noble actividad cuando está encaminada hacia el bienestar ciudadano, el bien común y el fortalecimiento de la democracia, es la garantía para un presente y mejor futuro de Colombia.
Los jóvenes en el poder, tanto político, social, económico y cultural son la gran esperanza, que unidos a la sabiduría y experiencia de sus mayores podrá ser la formula acertada de progreso para nuestra patria.