“No hay mayor religión que la ayuda humanitaria. Trabajar por el bien común es el mayor credo.”
Albert Schweitzer
Nuestra querida y amada patria está al borde de afrontar una gravísima crisis humanitaria a raíz del gran flujo migratorio de venezolanos, que ya están causando hondos problemas en todo el territorio nacional.
No veo que haya un comité de crisis, ni la comunidad internacional este apoyándonos para afrontar esta avalancha de gentes buscando huir del desastre que están viviendo en su país.
Y no es para decirnos ahora que no hay que ayudarlos, ni negarles auxilio en sus necesidades mínimas, pero ya se ven y afloran los problemas a todo nivel. Ciudades fronterizas como Cúcuta y hasta Bucaramanga y en la costa Atlántica están colapsados los servicios de salud, no hay cupos en colegios y duermen en parques y albergues. Y lo más triste con centenares de niños, sin posibilidades de una alimentación básica.
Pero hay que coger el toro por los cuernos porque ya hay informes policiales que alertan sobre el aumento de la criminalidad: robos, asaltos, madres de familia que tienen que prostituirse para alimentar a sus hijos, empleadas del servicio que se alzan con todo, y el caso de la bomba en Barranquilla en donde aparecen involucrados venezolanos. Ahora nos dicen que la guerrilla del Eln los está reclutando.
Y eso si es muy grave porque si no hemos podido en Bogotá con la delincuencia local, pues menos ahora con estos nuevos elementos que llegan a buscar el sustento a través del delito.
El gobierno, la cancillería y las autoridades deben controlar a quienes se les permite el ingreso, a quienes se les autoriza trabajar y a quienes estudiar, porque no es justo desplazar a nuestros nacionales, a los que no se les da la ayuda necesaria, para favorecer a venezolanos indeseables.
Y metió las de caminar la canciller María Ángela Holguín cuando afirmó que aquí les resolvemos el problema a todos los venezolanos que ingresen a nuestro territorio, porque no tenemos cómo. Tienen que hacerles cumplir las normas y leyes de nuestro país, y no se pueden escudar en la ayuda humanitaria para abusar de nuestra buena fe.
Es que ni siquiera sabemos a ciencia cierta cuantos hermanos bolivarianos hay en el país entre legales e ilegales. En 2017 ingresaron al país 796.000, unos 300.000 de forma ilegal, y como van las cosas podemos llegar a dos millones de migrantes entre legales e ilegales .Esperamos que en plena campaña electoral no sean utilizados para fines politiqueros y abusen de su situación para estos efectos.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ya alertó sobre los costos fiscales que representaría para Colombia un empeoramiento de la crisis venezolana y expresó que si el fenómeno migratorio sigue en aumento, como está sucediendo, nos llevaría a una situación insostenible y de graves consecuencias desde el punto de vista económico y fiscal. Insisto en que es urgente acudir a la ayuda internacional y antes de que la situación se vuelva caótica.
Lorenarubianof@gmail.com