Las protestas convertidas en tormentas en el Pacífico confirmaron la depresión padecida por zonas costeras y municipios vecinos, carentes de todo, en olvido y corrupción. Originaron flagelo nacional, en todas las dimensiones económicas y sociales.
Lamentable el reflejo de los paros que golpearon el motor de la economía del país, al paralizar actividad portuaria y descomponer, presupuestos ciudadanos en actividad agrícola y comercial entre otras. Además, del dolor, por víctimas de consideración en disturbios.
Chocó, presionado por bandas armadas en búsqueda de la riqueza minera, ha sido blanco de corrupción de todos los colores y pelambres en los últimos 7 años. La huelga aireó reconocimiento del Gobierno, aunque tarde, del abandono, junto a corrupción.
En reservas de oro, platino y estaño, hay asalto de migrantes que disputan esas minas hace años. Perdieron la cuenta de protestas y paros, durante 50 décadas.
En Buenaventura se planteó compromiso con Gobierno Nacional, para asignación de más de un billón pesos, reforzado con crédito externo, para constituir el Fondo Autónomo, idea creativa, surgida entre ministro del Interior, Guillermo Rivera y el comité de paro.
Es una fórmula, al compás del proyecto de Regiones Autónomas, para orientar inversiones en desarrollo, comenzando en las más deprimidas. Está a consideración del Congreso.
Este patrimonio recibiría como abono el impuesto de renta de cada localidad; sumaría regalías por extracción de bienes en sus regiones y aportes crediticios de desarrollo de banca como BID y Banco Mundial.
El fondo con ojo ciudadano, ajeno a interés de entes financieros particulares, decidiría realización de obras en vivienda, acueductos, educación, saneamiento ambiental y hospitales, según necesidades.
El Fondo contaría únicamente con control vigilante en el sitio, por parte del Banco de la República, junto a la -Dian- en cuanto a tributación y origen del de dinero.
Tumaco, invadida por bandas armadas, disputando narcotráfico y dominio de cultivos ilícitos, está en medio de violencia y desempleo. Requiere todo, una línea delantera activa, para hacerle goles a la corrupción.
Y solución aparente, es el Centro de Inclusión Social y Convivencia, creado por la vicepresidencia de la República. Algo así, como agencia de Gobierno Nacional, para proteger ciudadanía, lejos del delito.
Mientras avanzaban los paros de trabajadores estatales y magisterio, la desconfianza que hay, es el reiterado incumplimiento de lo prometido por el de Gobierno Nacional en lo laboral, que como siempre quedan volando, para volver a otro paro.
El país apenas está en aparente cierre de estas historias narradas como episodio repetido.