Salvemos a Togüí
Epígrafe
“La tierra es… la tierra es fuerza; la tierra es derecho; la tierra es agua; la tierra es refugio; la tierra es dignidad; la tierra es honor; la tierra es nuestra madre. Prometámonos que no la cambiaremos por nada; unámonos para salvarla de los explotadores”.
La CIAT
Nos llegó la hora, a los togüiseños de defender nuestra madre naturaleza, de los que buscan hacer dinero a cualquier costo, sin tener en cuenta los intereses de las comunidades y sobre todo nuestras fuentes de agua, la flora y la fauna.
Vamos a concurrir a esas famosas audiencias públicas, en la que se discutirá la asignación de la explotación de una mina de sílice, en las áreas de los municipios de Togüí y Chitaraque, dentro de un contrato de concesión que ya se firmó. Dicen que nos van a oír nuestros criterios sobre los impactos ambientales, que seguramente se generarán con el otorgamiento de la licencia ambiental y las medidas que deben adoptar para estar dentro de un marco de desarrollo sostenible.
Miremos los ejemplos, del Páramo de Santurbán, la Colosa en Cajamarca en donde ya se murieron varias fuentes de agua que surtían los acueductos municipales, del Páramo de Miraflores en el Huila y el desastre de la hidroeléctrica del Quimbo, la vergüenza ecológica y humana de Cerromatoso en Córdoba, la del carbón que está matando a Santa Marta y los carboneros que quieren acabar con el río Ranchería en La Guajira. Mejor dicho sólo tienen el signo pesos en su mente, lo demás no importa.
El escenario de esta nueva farsa, el 24 de agosto, será mi colegio Haydee Saavedra de Camacho, en donde nos inculcaron los mejores principios éticos, morales y sobre todo ecológicos, para defender nuestro derechos y por eso vamos a luchar.
Si bien es cierto que les entregaran unas migajas de impuestos a los municipios, éstos no alcanzarán para resarcir el daño ecológico, ni para obtener nuevas fuentes de agua, por eso debemos pensar que si no nos oponemos ahora, nuestros hijos y nietos no podrán volver a disfrutar el aire puro, un hermoso amanecer, el agua acanelada, sus cascadas, las aves, los tigrillos, los venados, y los árboles de roble que alberga esta gran montaña.
Togüí es un municipio netamente ambiental, ecológico, es nuestro paraíso escondido de Boyacá y nos lo van a matar, y no lo cambiaremos por unas monedas que pararán en los bolsillos de unos pocos.