Epígrafe
“Basta una gota de agua, una simple gota de agua, para albergar esperanzas de vida”.
José María Montero Sandoval
Desastres ambientales
Definitivamente, nuestros gobernantes en nivel nacional, departamental y local, no están garantizando el derecho fundamental al agua a millones de compatriotas. Y millones de colombianos no tienen responsabilidad con nuestro planeta y ahí vemos las consecuencias de lo que estamos viviendo. No existe una verdadera conciencia ecológica. Son unas autoridades incompetentes y pobladores irresponsables.
Y el problema se agrava cada día más, ya son 117 municipios vulnerables por los fenómenos ambientales, sequías, o inviernos prolongados. Nos ha faltado a unos y otros prevención, y no esperar a estar en medio del desastre para tomar medidas.
Ante esta emergencia humanitaria y ambiental, me han llamado la atención dos cosas, la primera, hasta ahora el Gobierno, a pesar de estar advertido por el Ideam y por la Defensoría del Pueblo, hace un consejo de ministros para tomar medidas que de todas maneras serán a largo plazo, pozos o plantas desalinizadoras o construir reservas hídricas, en fin, lo que se les ocurra, es demorado, lo segundo un palabrero de La Guajira mandó el siguiente mensaje: “Los colombianos se olvidaron de nosotros”, eso es grave para asuntos de mantener la integridad territorial y la supervivencia de los Wayúu.
El defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, dice que: “esta situación deja en evidencia la falta de planeación de algunas autoridades administrativas para ofrecer soluciones estructurales a los problemas de abastecimiento de agua en forma oportuna, continua y con calidad para todos los ciudadanos, máxime cuando desde el año pasado la Defensoría ha venido señalando que el 10 por ciento de los municipios del país enfrenta una situación de alta vulnerabilidad”.
A esta grave situación se suman 642 incendios forestales y en 48 municipios hay desabastecimiento de agua y gran mortandad de animales, porque no solo se muere el ganado, el resto de la fauna también sufre y muere. Tuvimos un primer campanazo, la muerte de miles de animales en Casanare, y no aprendimos la lección.
Ahora sí es un desastre humanitario lo que ocurre principalmente en La Guajira: hay 37.000 niños desnutridos y en el municipio de Uribia, solo uno de los 350 reservorios de agua funciona.
Esto debe conmover a todo el pueblo colombiano, que así como nos movimos por el fútbol apoyando nuestra selección, movamos a salvar esta población guajira, haciendo lo que haya que hacerse, pero ya.