Politiquería barata
Epígrafe
“El Régimen necesita que la política sea sucia porque es la manera de conseguir la amplia gama de complicidades que se necesitan para mantener su predominio”.
Álvaro Gómez
Todos los colombianos esperábamos que el debate entre los cinco candidatos presidenciales nos sirviera para hacer claridad sobre sus propuestas y pudiéramos así formarnos un criterio con el cual ir a depositar nuestro voto en las urnas. Pero, no fue así. Las más acertadas en sus respuestas fueron las mujeres, Marta Lucía y Clara López, Peñalosa no acierta una y los dos principales contrincantes, Santos y Zuluaga, muy entretenidos en sus peleas personales y de baja politiquería.
Por lo tanto esta contienda electoral, nos ha traído cosas malas y buenas, por ejemplo, la sacada del país con su propaganda y forma negra de hacer campaña del señor J.J. Rendón, quien no sabe defender las propuestas de su candidato, sino que se dedica a desprestigiar por todos los medios posibles a su contrincante más cercano.
También sale perdedor otro personaje que perdió su rumbo y se bajó a la contienda electoral, cual fanático apasionado, como lo ha sido el fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre. Así lo demuestran sus declaraciones y filtraciones a los medios. Santitas de videos, declaraciones y documentos reserva de los sumarios, para producir efectos electorales.
Esta ha sido una campaña de tome y dame, de ultrajes personales, íntimos y sin ningún decoro. Esos odios son graves, no mantuvieron la altura necesaria para no exacerbar las pasiones entre los electores y ojala que para la segunda vuelta haya un gran acuerdo ético entre los dos candidatos y esa debe ser una promesa por el bien del país. Y que el Fiscal cumpla con su deber y que escuche sin prevenciones a los investigados como Germán Chica por su mediación en favor de los narcos y los doce millones de dólares y a Luis Alfonso Hoyos por su presunta conexión con el hacker Sepúlveda.
Deseamos y lo pedimos con ahínco a nuestros candidatos que no conviertan al país en campo de batalla, que dejen que la justicia opere y cumpla sus funciones y no la tornen en factor político y que ellos se dediquen a explicar sus programas de gobierno, para que los ciudadanos podamos participar tranquilamente en la contienda democrática. A los medios de información nos corresponde ser imparciales, ponderados, darles garantías a los candidatos y no dejarnos involucrar en el lodazal en que se convirtió la primera vuelta.