LORENA RUBIANO FAJARDO | El Nuevo Siglo
Domingo, 14 de Abril de 2013

Intolerancia crónica

 

“Es la tolerancia fuente de paz y la intolerancia fuente de desorden y pelea”.

Pierre Bayle

 

Feo  espectáculo el que hemos presenciado estos días en diferentes estamentos de nuestra sociedad colombiana.

Como perros y gatos, diferentes personalidades que ostentan cargos públicos y de elección popular se han dedicado a insultarse y faltarse al respeto públicamente, sin consideración alguna con la opinión pública y con el país.

En estos momentos y ya lo había comentado en mi nota anterior Colombia lo que necesita es mesura, tranquilidad optimismo y fe. Lo que  queremos y anhelamos los jóvenes es la paz. No más espectáculos bochornosos y de mala leche.

Son condenables desde todo punto de vista los ataques del senador Armando Benedetti contra el senador Aurelio Irragorri, son bajos, de mala calaña, inentendibles, incomprensibles, por tratarse de personas que el pueblo ha elegido para defender sus derechos y hacer respetar la Constitución y no para que se insulten. Necesitamos debates de profundidad, con bases políticas de fondo, con diferencias de posiciones, pero que se hagan con respeto por la persona humana.

Desapacible también el espectáculo que están dando el fiscal general de la nación, Eduardo Montealegre, y el procurador general, Alejandro Ordóñez. Nada más y nada menos que estos altos funcionarios que juraron respetar nuestras normas jurídicas que consagran el derecho de opinión y el derecho al buen nombre y la armonía y la cooperación entre los diferentes órganos del Estado, son los que han subido al cuadrilátero a boxear sin juez que los controle.

Y el irascible Procurador ya la había emprendido contra los periodistas acusándolos de hablar después del “porro” con la siguiente frase: “muchos de esos periodistas entre porro y porro, y entre pase y pase, tienen el deporte de estigmatizar a quienes no aceptamos determinadas ideologías”, y salir a decir después de la metida de pata que era hablando de música.

Y a este espectáculo de lucha libre se suman los insultos y bajezas entre los seguidores del presidente Juan Manuel Santos  encabezados por sus ministros y los seguidores del expresidente Uribe.

Y lo que faltaba, unos desadaptados amenazan a un artista de televisión porque interpreta un personaje de una novela, y porque lo hace muy profesionalmente creen que en verdad es el personaje.

Necesitamos un sicoanálisis general, para que nos receten una gran dosis de tolerancia hacia la divergencia y sobre todo pensar que no podemos seguir incendiando el país.

lorenarubianof@gmail.com