Los niños de Algeciras
“Farc están en mora de pedir perdón por ese repudiable hecho”
¿Habrá perdón para este acto que excede el crimen de lesa humanidad para convertirse en crimen de lesa malparidez?
J. Mario Arbeláez
DADO como un hecho que la paz de Colombia se firmará en los próximos meses es necesario que hagamos grandes y profundas reflexiones sobre los errores cometidos contra nuestros niños.
Debemos aceptar que los jóvenes jamás hemos vivido un día sin zozobra o en paz. Noticias por doquier, matanzas, asesinatos, violaciones, secuestros y todo esto magnificado en terroríficas novelas emitidas por nuestros canales nacionales de televisión, que son de los pocos empresarios que se benefician con estas historias de guerra.
De manera que esos niños, niñas y jóvenes que sobrevivieron a la guerra y que fueron víctimas por los actores armados ilegales y que ahora son adultos deben tener una atención especial en el posconflicto.
Debemos reconocer que cientos de niños fueron mutilados en ataques de grupos armados o víctimas de minas antipersonal, cuando iban camino a la escuela o de regreso a sus casas.
Recordemos este relato… “Vi cuando mis compañeros caían y caían al suelo. Unos corrían y gritaban auxilio, socorro. Mientras tanto, tres hombres disparaban sus ametralladoras y se reían”. La aterradora escena fue presenciada por Orlando León Toledo, de 13 años, quien sobrevivió al ataque perpetrado por hombres del II frente de las Farc, contra nueve niños, integrantes de la Patrulla Cívica Juvenil de Algeciras, en el Huila.
Los niños asesinados inmisericordemente todos menores de 14 años, fueron Carla Yesenia Tello Devia, Rocío Molina Ovalle, Sandra Milena Pinto, Wilker Esnéider Garzón y Anderson Devia Rodríguez, también murieron el cabo primero Oscar Escobar Páez y el agente Brilante Wilson Trigueros.
Un acto macabro, villano y criminal que causó profundo dolor y enormes heridas en los algecireños, al arrebatarle la vida a sus niños que soñaban con ser policías.
Estoy de acuerdo con el poeta Jotamario Cuando dice: “Insisto en que hay que estar por la paz porque Colombia no tolera un entierro más, si es que aparece el cadáver. Todo sea por la paz, por el derecho de pasear sin zozobra en los campos y en las ciudades. Quienes hemos cuestionado al establecimiento con su ejército y paraejército sin más armas que la pluma, también nos reservamos el derecho de repasar las barbaries e infamias de la insurgencia. Que quede muy en claro que estar por la paz, no es estar por las Farc”.
Las Farc están en mora de pedir perdón por este repudiable hecho.