Es entendible que un gobierno comience labores sin tener todos los temas estudiados. Pero lo que es muy peligroso es que comience a hablar profusamente de asuntos que a ojos vistas no tiene analizados. Es lo que parece estarle sucediendo con los múltiples anuncios que en los últimos días se han hecho sobre modificaciones al IVA.
En reunión que tuvo el Presidente Duque con las centrales obreras se dio a entender que el gobierno no descartaba la posibilidad de reducir el IVA del 19% actual a un nivel inferior no precisado.
Se ha dicho también por el Ministro de Hacienda que la idea es extender el IVA a la canasta familiar, pero compensando dicho incremento a las personas de menores ingresos.
No queda claro si la idea del gobierno es utilizar la extensión del IVA como un mecanismo redistributivo o como un sistema de mayores recaudos. La Ministra de Trabajo dijo a la salida de la reunión con los sindicatos que el problema con el IVA era que se constituía en un subsidio hacia las personas más adineradas.
Ante las constantes declaraciones sobre el tema, el Presidente tuvo que salir a decir que quien diría la última palabra sobre este tema del IVA era él, y no ninguna otra autoridad dentro del gobierno.
Tampoco ha quedado nada claro (porque quizás es imposible hacer claridad) cómo se extendería el IVA a los productos agrícolas crudos que hacen parte de la canasta familiar. Es decir, aquellos que no han sido elaborados por una empresa formal a la que se le pueda hacer responsable del IVA.
A propósito del mecanismo que se utilizaría para devolver el IVA a los estratos más necesitados, tampoco ha habido claridad. Se ha dicho que existen algunas experiencias en otros países, y que algunas entidades académicas le han presentado al gobierno iniciativas preliminares sobre cómo hacerlo.
El Ministro de Hacienda comentó ante la Comisión Tercera de la Cámara que “se tienen los mecanismos para identificar a la población que sería beneficiada con la devolución del IVA; es posible calcular el valor que se tendría que devolver gracias a la encuesta de ingresos y gastos que realiza el DANE y se cuenta con la tecnología en el sistema financiero para hacerlo”.
Todo este enredo en el que se está adentrando el gobierno nace de un fallo de la Corte Constitucional del 2003, cuando la Corte declaró inexequible una reforma al IVA que había presentado el ministro Junguito por medio de la cual se extendía el IVA a productos de primera necesidad. En aquella ocasión dijo la Corte que si así se procedía era necesario decretar un gasto social compensatorio, aunque en ningún momento habló la Corte de una compensación individualizada a través de cuentas corrientes.
Mi recomendación: Que el gobierno no se meta en el berenjenal de montar un sistema de devolución de IVA a través de cuentas corrientes individuales para los millones de colombianos que pagan IVA. Esto sería un megasisbén de muy difícil manejo y administración. Y como lo muestra la misma experiencia del Sisbén, puede dar lugar a fraudes y a problemas adicionales, como si pocos tuviera este gobierno que resolver. Dicho en otras palabras: no ponerse a gravar la canasta familiar para después tener que abrirle cuenta bancaria individualizada a los millones de colombianos que pagan el IVA.
Sería mucho más simple rebajar el IVA general (por ejemplo del 19% al 18%) y aplicarse a simplificar tarifas y a eliminar exenciones de las muchas que pesan hoy en el extremadamente complejo el sistema general del impuesto al valor agregado.