LIONEL MORENO GUERRERO | El Nuevo Siglo
Viernes, 26 de Septiembre de 2014

El policía renuente 

 

¿Deben  los Estados Unidos ser el policía del mundo? El tema surge cada vez que hay un grave problema internacional. Unos piden la intervención de Washington, otros la rechazan. Si las democracias piden que el país del norte intervenga para poner coto a los desafueros de extremistas islámicos en Asia Menor o África, otros, como Irán, Venezuela o Rusia, protestan contra tal “interferencia en los asuntos internos” de otras naciones, seguramente defendiendo sus propios desafueros internos o externos. En los mismos Estados Unidos hay opiniones ambivalentes: Washington debe proteger la democracia y los derechos humanos o, ¡nó! Que cada país defienda sus libertades y el dinero de una intervención estará mejor gastado en los pobres propios; los problemas internacionales deben resolverse mediante la diplomacia.

La tendencia aislacionista es grande en los Estados Unidos, que entraron en la II Guerra Mundial cuando fueron atacados en Pearl Harbor y no cuando Francia o Gran Bretaña entraron en guerra con Alemania. La reticencia de Obama en ayudar a los rebeldes sirios y en atacar al Ejército Islámico condujo al fortalecimiento de este último movimiento extremista con el resultado de que de todos modos tuvieron que intervenir frente a un enemigo ya más fuerte. Pero el interrogante es si los Estados Unidos deben intervenir militarmente para defender los derechos humanos de los musulmanes no extremistas o de los cristianos en Nigeria. ¿Deben ellos ser el policía del mundo?

La comunidad internacional, como una ciudad, necesita una policía, de lo contrario sería el paraíso de los criminales. Si no hubiera sido por los Estados Unidos probablemente estaríamos en un mundo dominado por el fascismo y por el comunismo bolchevique. El no intervencionismo estadounidense tiene a los cubanos bajo el yugo castrista y a los venezolanos cercanos a ese “nirvana”. Mientras polacos y letones piden soldados norteamericanos por el temor a Rusia, nosotros rehusamos la presencia de técnicos estadounidense en unas bases por miedo a Chávez. Si no hubiera sido por el Plan Colombia podríamos hoy tener de gobernantes a Timochenko, Piedad Córdoba e Iván Cepeda, quienes hoy creen que una Constituyente puede llevarlos al poder. Sí se necesita un policía mundial. ¿Quién? Pues alguien que no oprima a los otros, que una vez el pie en la puerta no se quede con la casa, por eso los europeos no temen la presencia de bases estadounidenses, aunque no quieren asumir el costo de su defensa. Los Estados Unidos solo intervendrán en casos de extrema gravedad, sea para los derechos humanos o, especialmente, cuando sus intereses vitales estén en peligro. En Crimea consideraron que no era el caso y se perdió a manos de Rusia. Los regímenes de Cuba y Venezuela con sus atropellos a los derechos humanos no se han considerado que afecten la seguridad estadounidense. ¿Y un gobierno fariano en Colombia?