Un conflicto de nunca acabar
En el momento de escribir esta columna tiene lugar una tregua en la franja de Gaza entre israelíes y miembros de la organización palestina extremista Hamas, tregua que podría romperse en cualquier momento. Hamas, rama de la más extensa Hermandad Musulmana, prohibida en Egipto por su extremismo islamista y considerada una organización terrorista por muchos países, entre ellos varios árabes, dio en 2007 un golpe de mano a la Autoridad Palestina que democráticamente gobernaba a Gaza y Cisjordania (lo que eventualmente sería el Estado palestino) y ejerce tiránica autoridad sobre Gaza y aunque hoy estableció una nominal alianza con la AP, considera a esta y a su presidente, Mahmud Abbas, como blandengues. Hamas tiene entre sus finalidades “exterminar” el Estado israelí y por eso acumula armas, entre las cuales cohetes, con que atacar al vecino y construye túneles bajo la frontera (con cemento importado para construcciones civiles); atentados terroristas de Hamas son comunes, entre ellos con fanáticos suicidas.
La invasión israelí se debió al secuestro y cruel asesinato de tres adolescentes israelíes, hecho aplaudido por muchos palestinos, lo que no contribuye a calmar las pasiones. Gaza, es una pequeña franja incrustada entre Egipto e Israel, bloqueada por ambos vecinos por temor al terrorismo y que Israel sustrajo al control egipcio en la guerra de 1967, sin que estos hagan esfuerzos para reclamarla.
Hamas parece tener como estrategia hacer que los israelíes maten el mayor número de civiles para protestar luego contra el “genocidio” del pueblo palestino. Para lograr este objetivo almacenan explosivos en escuelas, mezquitas y hospitales y lanzan cohetes contra Israel desde zonas urbanas, colocando a los israelíes en el dilema de permitir que se siga atacando su territorio o bombardear los lugares de ataque con el riesgo de matar civiles y la consiguiente explotación política de estas muertes. La BBC menciona ya reacciones contrarias de la población gazatí contra Hamas, grupo que se ha convertido en el principal obstáculo a una solución pacífica a este problema que data de 1948 cuando, bajo los auspicios de la ONU, se creó el Estado de Israel en territorio que reclaman los palestinos, pero que los israelíes sostienen que es su “hogar nacional” desde tiempos bíblicos. Hasta entonces los judíos eran una nación sin territorio, como hoy los kurdos o los Roma (gitanos). Si Hamas sale suficientemente debilitado de esta confrontación y los gazatíes concluyen que no es por el terrorismo como se logrará la solución sino con la admisión de la existencia de un Estado de Israel al lado de uno palestino, tal vez se logre solventar uno de los tantos problemas que asolan al Medio Oriente, tales como los de la rivalidad de chiitas y sunitas, las agresiones de fanáticos como los del Estado Islámico y el genocidio sirio.